En el prólogo de su trabajo What’s Wrong with the Wound Ballistics Literature, and Why [¿Qué hay de malo en la literatura sobre balística de heridas y por qué?], con fecha de julio de 1987, el difunto Dr. Martin L. Fackler explicaba que:
«Los intentos por explicar la balística de las heridas (el estudio de los efectos sobre el cuerpo humano producidos por proyectiles penetrantes) han logrado confundirla. Investigaciones erróneas llevadas a cabo por aquellos con pocos conocimientos sobre los principios básicos se han perpetuado gracias a editores, críticos y otros investigadores con no más conocimientos sobre la materia. Este informe explica la interacción proyectil-tejidos y aporta datos que muestran la localización de los tejidos destruidos por varios proyectiles. Estos datos sobre la destrucción de tejidos se presentan en forma de perfiles de heridas. Se enumeran, analizan y se exponen los errores sobre las principales ideas equivocadas que se han perpetuado sobre la materia, para lo cual se utilizan perfiles de heridas y otros datos conocidos. Se abordan además las consecuencias más graves de estas ideas equivocadas. El incumplimiento de los preceptos básicos del método científico constituye el denominador común de todas las ideas equivocadas que se enumeran».
Si ya en 1987, se pretendía acabar con tales ideas equivocadas a partir de informes como el reseñado del Dr. Fackler, no siempre con demasiado éxito, imagínate lo que sería encontrarse con esas mismas ideas equivocadas en la actualidad.
En este blog, bajo la categoría de balística, puedes encontrar algunos artículos sobre balística de heridas, en muchos casos de la mano de auténticos expertos, como el Dr. Gary K. Roberts ─un simple dentista─, que explican alguna de esas ideas equivocadas.
¿Crees que alguna, algunas o todas esas ideas equivocadas sobre la balística de heridas de las que se hablaba ya en 1987 llegan hasta nuestros días? ¿se te ocurre cuál o cuáles?
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No sé a quién se le ocurriría eso en su día. Porque si se refiere a una zona que no es vital para vivir, estamos apañados. Pero si se refiere a zonas que no comprometan la vida en caso de un disparo, estamos aún peor.
Así que se me ocurra la principal mentira en la balística de efectos más popular que he visto incluso leído en manuales de procedimientos es la de los disparos en «zonas no vitales» hasta donde se todas las zonas son vitales y solo cambia el tiempo que tardas en dejar de ser operativo y el tiempo que tardas en morir.
Va por delante el «en mi opinión»