En alguna otra ocasión hemos incluido las palabras de John McPhee, alias Shrek, en el Blog. En esta ocasión, con la autorización de Joe Barnes, editor de la revista FHM, os traemos la traducción de un artículo sobre una de sus misiones reales en Afganistán, publicado en el número de marzo de 2015 de la revista FHM. Se trata de una historia real contada por su propio protagonista, que cuenta con una dilatada experiencia real en combate como miembro de una de las mejores unidades de operaciones especiales del mundo, la Delta Force.
John McPhee, una historia real: «Esta era de esa clase de misión que la mayoría de la gente sólo puede experimentar en un videojuego o en una película…».
John McPhee se ha pasado toda una vida en algunas de las más peligrosas zonas de guerra de los últimos 20 años, incluidas Bosnia, Sudamérica, Irak y, como se cuenta aquí, Afganistán.
Como comando [ranger] y boina verde [green beret] en las Fuerzas Especiales del Ejército de Tierra estadounidense, John rápidamente llegó hasta lo más alto de las unidades contraterroristas de los EE.UU., la Fuerza Delta [Delta Force], donde fue uno de los primeros operadores desplegados en Afganistán después del 11S.
EL AÑO ERA 2002 Y YO ERA UN SNIPER EN LOS DELTA, YA EN MI TERCER DESPLIEGUE EN AFGANISTÁN.
Mi pelotón y yo habíamos estado recorriendo como locos toda la región con un propósito específico: cazar y matar a Osama Bin Laden. Varias fuentes habían dicho que se había refugiado en Paquistán, mientras otras creían que había volado por los aires con una de las bombas inteligentes que había tirado sobre los escondites de al-Qaeda en lo más profundo de las montañas Tora Bora.
Encontramos una fuente que nos habló de un veterano militar, un hombre curtido apodado Ghul Ahmed, que se refugiaba en una casa de al-Qaeda en un pueblo al fondo de un valle montañoso, la misma ratonera en la que se había escondido Bin Laden herido después de escaparse el diciembre anterior. Eso fue suficiente para poner el centro de masas de Ghul Ahmed en el punto de mira de la unidad.
MI COMANDANTE ME PREGUNTÓ DIRECTAMENTE SI ME PRESENTARÍA VOLUNTARIO PARA UNA MISIÓN EN SOLITARIO.
Consistía en infiltrarse en el pueblo y obtener información sobre Ghul Ahmed. Se trataba de la inusual clase de misión que no se asigna. De esa clase para la que el resultado resulta tan incierto que únicamente piden voluntarios. De esa clase de curro que la mayoría de la gente sólo puede experimentar desde una butaca en el cine o metido en un videojuego.
Las instrucciones fueron sencillas. Ve solo sin ningún apoyo, toma evidencias en vídeo de la presencia de Ghul Admed y obtén información sobre la casa objetivo. Después abandonaría el lugar sin ser visto (y vivo) para posteriormente conducir una fuerza de asalto de vuelta al pueblo para capturar o matar a Ghul Ahmed. No sonaba muy bien, pero como sniper de la Fuerza Delta una misión de esta clase forma parte de la descripción del puesto.
LO PRIMERO ERA PREPARAR MI DISFRAZ.
Ya tenía una barba que era la envidia de los talibanes, a la que añadí una ropa andrajosa similar a la que llevaban los lugareños y un sombrero de lana estilo mujahideen. Mimetizarme con el entorno era mi fuerte. La mayoría de los hombres en la provincia de Nangarhar también solían llevar un arma a la vista, así que le añadí al disfraz mi propio AK-47 destartalado. Mi equipo individual consistía en una cámara de vídeo pequeña y un teléfono por satélite, que llevaba en una discreta bolsa de plástico de cigarrillos que no llamaba la atención.
TRAS PARTIR DE LA BASE AÉREA DE BAGRAM, MI PRIMERA PARADA FUE EN UN REFUGIO EN JALALABAD.
Desde allí mi viaje transcurrió pegando botes, alternando entre furgonetas y camiones de carga que se abrían camino a través de las montañas y los pueblos con casas de barro de la región.
Cualquier medio de transporte entre los pueblos de las montañas también hacía las veces de taxi, atestado de lugareños. Así que me pasé tres días helados sentado en aquel camión abarrotado de gente. Al no hablar Pashto, la lengua de aquella región de Afganistán, eché mano mis dotes como actor para no tener que hablar y me hice pasar por deficiente mental. Nadie molesta a un tipo grande con pinta de loco que parece completamente ausente, especialmente si lleva un fusil de asalto.
CUANDO PASÁBAMOS POR UN CONTROL SE ME PONÍAN LOS PELOS DE PUNTA.
Los pueblerinos que custodiaban los límites entre territorios sin señalizar eran conocidos por matar transeúntes indiscriminadamente y apoderarse de sus pertenencias. En una película el personaje sencillamente le pagaría con un fajo de billetes al guardia para continuar su camino. En la vida real esa técnica habría conseguido que me mataran en cuanto sospecharan que tenía más dinero».
«Tras varios días de viaje hacinados a través de tierra hostil, llegamos al pueblo objetivo. Sabía exactamente qué casa buscar por haber estudiado cuidadosamente las imágenes satélite y sólo tenía que grabarla en vídeo disimuladamente. Mientras cruzábamos el valle grabé la casa objetivo, de dos plantas, construida a base de madera y barro, con la cámara de vídeo encajada bajo el sobaco. Avanzamos lentamente por encima de rocas del tamaño de un campo de baloncesto y pude ver claramente a algunos hombres en la casa objetivo, pero no podía confirmar si Ghul Ahmed estaba en casa. No obstante, había observado demasiada actividad como para que él no estuviera allí, y esa era confirmación suficiente para mi.
TODO LO QUE TENÍA QUE HACER ENTONCES ERA SALIR DE ALLÍ Y TRANSMITIR EL VÍDEO A LA BASE.
De vuelta a mi «personaje» una familia me ofreció comida y cama no demasiado lejos de la casa objetivo. Más tarde, mientras todos dormían, cogí mi AK-47 e hice mi jugada. Desperté al conductor de un camión y a punta de fusil le obligué a conducir su camión. El conductor no tenía ni idea de lo que pasaba cuando lo saqué de la casa para el largo viaje de vuelta a Jalalabad.
«Varios días después estaba de nuevo pegando botes por la misma pista escabrosa, pero esta vez no estaba solo. Veintidós operadores de la Fuerza Delta fuertemente armados iban escondidos, en plan Caballo de Troya, en la caja de dos camiones de carga. Tras atravesar los controles y un viaje de siete horas nos detuvimos muy cerca de la casa objetivo y recorrimos a pie la empinada ladera de roca. Nos las arreglamos para colarnos en el pueblo sin despertar a nadie y nos situamos a escasos metros de la casa objetivo».
ENTONCES LLEGÓ LA ORDEN: TENGO EL CONTROL, PREPARADOS… 5, 4, 3, 2, 1, EJECUTAR.
El asalto fue preciso y rápido. Un irritado Ghul Ahmed fue capturado mientras dormía en su cama al lado de una mujer desnuda. Misión cumplida. Fue una operación de libro que duró cinco minutos sin que se realizara ni un solo disparo. Aprendimos mucho en esa misión, especialmente que teníamos que ser mucho más inteligentes en cómo actuábamos y la forma en que lo haríamos en el futuro. Había una tonelada más de trabajo por hacer antes de que finalmente Bin Laden resultara muerto casi 10 años después en 2011.
¿Qué pasó después?
01. John McPhee fue condecorado con su segunda Estrella de Bronce por el valor en operaciones de combate en Afganistán.
02. Un mes después de la misión en la que mataron a Osama Bin Laden, McPhee se retiró como Suboficial Mayor del Ejército de Tierra estadounidense.
03. Con canas de combate por años de experiencia de primera mano, actualmente es uno de los mejores instructores de tiro del mundo y enseña tácticas de operaciones especiales y técnicas de tiro a civiles, policías y militares.
Puedes encontrar más detalles sobre los cursos de formación de John McPhee en sobtactical.com
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Muy buen artículo.
Interesante relato y grande shreck.
Muchas gracias por la información.
Lo mejor de todo es que este tipo, como otros, ahora se dedica a compartir su excelente formación y experiencia para que otros puedan beneficiarse de ello.
Enorme trabajo, Jorge
Gracias por el esfuerzo.
John McPhee es uno de los operadores más contrastados de USA.
20 años de experiencia continuada en el US Army Special Operations Command.
Sirvió en Delta Force la mayor parte de tiempo desde el 11S hasta su retiro en junio de 2011 en el seno del elemento CIF del 7SFG.
En mitad de los 90 ya estaba en Delta haciendo de PSD de VIPS del US Army en Bosnia o en 1999 en el conflicto de Kosovo trabajando en misiones encomendadas en un escenario muy complejo.
Llego el 11S y ya sabemos trabajos en Afganistán. El estuvo en la misión de Tora Bora.
En marzo de 2003 viene Iraq con la OIF.
Y desde finales de 2003 a su retiro de junio de 2011 llega la era del Contraterrorismo a escala industrial en Iraq y siguiendo los parámetros de Stan McChrystal que adapto a las operaciones especiales los puntos claves del Toyota Quality Management (Amancio Ortega hizo algo semejante en 1986 con Inditex)
De 2003 a 2011 se gana el apelativo del Sheriff de Baghdad.
Cientos de operaciones especiales, como assaulter o sniper, en Baghdad, Mosul, Ramadi, Fallujah o Sadr City
Enorme John McPhee. Un crack de talla mundial.