Tras un primer artículo nuestro compañero Alfonso García regresa con un segundo en el que continúa desgranando los entresijos del arma corta, centrándose en esta ocasión en el mecanismo de disparo para explicar las diferencias que introduce en el arma corta así como sus ventajas e inconvenientes.
¿Cómo funciona un arma corta? ¿Qué ocurre exactamente cuando se acciona el mecanismo de disparo? ¿Por qué algunas tienen martillo y otras no? ¿Cuál es el sistema de funcionamiento más adecuado para el uso policial, el militar o el deportivo? ¿Qué diferencias hay entre ellos? Responder a estas y otras cuestiones en la medida de mis posibilidades es el objetivo del artículo que presento a continuación.
Pretendo una vez más que las definiciones empleadas sean lo más intuitivas y sencillas posible, pero dada la mayor complejidad técnica del tema en cuestión, ruego a los lectores paciencia a la hora de leer algunos de los apartados que veremos a continuación.
También me gustaría aclarar que para exponer mejor los posibles usos que se pueden dar a las diferentes armas según su mecanismo de disparo, este texto irá un poco más allá de una de las reglas básicas de seguridad con las armas de fuego, que dice así: “el dedo no deberá estar introducido en el guardamonte ni en contacto con el disparador hasta el preciso momento de realizar el disparo”. Esta regla es sin duda uno de los pilares de la seguridad con las armas y debe respetarse siempre, pero si los seres humanos estuviéramos exentos de cometer errores, dicha regla implicaría que cualquier tirador podría utilizar cualquier pistola para cualquier uso o situación que se plantease, ya que si el dedo no toca el disparador, no tiene por qué haber nunca un disparo accidental, ¿no es así? Es fácil decir eso, pero la realidad no siempre es como nos gustaría, y el hecho de que algunos disparadores sean más sensibles que otros TAMBIÉN está íntimamente relacionado con la seguridad, los disparos accidentales, las negligencias…etc.
Si todo fuese tan sencillo como seguir a rajatabla esta norma de seguridad, jamás habría accidentes y todos los profesionales de las armas de fuego podrían llevar su pistola cargada, en simple acción y sin seguro en la funda, cosa que obviamente no es así POR SEGURIDAD. Dicho esto, y partiendo de la base de que las normas de seguridad son igual de aplicables a todas las armas sea cual sea su mecanismo de funcionamiento, el propósito de este artículo estará más encaminado hacia el viejo dicho de “utilizar la herramienta adecuada para el trabajo adecuado”.
Terminología:
Para expresarnos con la mayor corrección técnica posible, debemos referirnos al mecanismo de disparo, y no al arma en sí, cuando hablamos de Simple Acción (SA), Doble Acción (DA) o Aguja Lanzada (AL) entre otros. Es el mecanismo de disparo de un arma, y no la propia arma, el que funciona de uno u otro modo.
Por otra parte, todos sabemos que un mecanismo “se inicia”, y que la cola del disparador “se presiona”, de modo que no es correcto decir “cuando se presiona el mecanismo de disparo”. Para mayor claridad, y para no caer en el conocido vulgarismo de “gatillo”, en ocasiones englobaremos los términos “disparador” y “cola del disparador”, dentro del primero de ellos, es decir, “el disparador”.
Por otra parte, consideraremos el martillo de una arma corta como “martillo abatido” cuando esté en su posición adelantada, relajada o de reposo, sin tensión en su muelle. Por el contrario, “martillo en tensión” será aquel que está en su posición atrasada y listo para incidir sobre el percutor. Aceptaremos esta expresión a efectos de mayor claridad, a pesar de que no es el martillo, sino su muelle, el que está o no en tensión. Pasemos ahora a explicar uno a uno los diferentes sistemas de funcionamiento más habituales de las armas cortas:
Sistema de Simple Acción (SA):
Siendo estrictos, resulta incorrecto denominar a este mecanismo “Simple Acción”, ya que su nombre en inglés, “Single Action”, se traduce exactamente como “Acción Única”, o “Una Sola Acción”. ¿Y por qué ese nombre? Sencillamente porque, al presionar el disparador, el mecanismo de disparo ejecuta la acción única de liberar el martillo. De ahí el nombre de “Single Action”. En las pistolas que funcionan según este principio, cuando tiremos de la corredera e introduzcamos el primer cartucho en recámara, el martillo se quedará en su posición más atrasada y por lo tanto sujeto a la tensión de su muelle. Normalmente a partir de este momento ya no tendremos la posibilidad de abatir nuevamente el martillo y devolverlo a su posición adelantada y relajada. Si pudiéramos hacerlo, ya no estaríamos ante un arma con mecanismo de Simple Acción. Nuestras únicas opciones son ahora disparar o por el contrario descargar el arma con seguridad. También nos queda la absolutamente nada recomendable técnica de presionar suavemente la cola del disparador mientras frenamos de manera controlada el movimiento del martillo con el dedo pulgar de la mano que empuña. Esto es algo típico del cine y la televisión, no del mundo real, y en ningún caso me parece una técnica que deba ser habitual en un usuario de este tipo de armas. Si nos encontramos en esta situación y por cualquier motivo ya no deseamos hacer fuego, lo mejor que podemos hacer es poner el seguro, retirar el cargador, tirar de la corredera y extraer el cartucho de recámara.
Con el sistema de Simple Acción, lo que conseguimos es en esencia un arma con un mecanismo de disparo muy sensible, un recorrido de la cola del disparador muy corto y suave, y que además requerirá muy poca presión para iniciar la secuencia de disparo. Hablando en términos muy coloquiales, podemos decir aquello de que “el arma se disparará a la mínima”.
¿Cuáles son los beneficios de este sistema? Principalmente dos: la precisión y la velocidad de tiro. Al ser tan leve la presión requerida para iniciar la secuencia de disparo, la fuerza y los movimientos musculares del cuerpo, el brazo, la mano y el dedo del tirador interferirán menos al disparar, es decir, se generarán menos errores de precisión por la acción muscular del usuario. El arma cabeceará hacia abajo mucho menos y los errores producidos por presiones laterales sobre la cola del disparador serán menos perceptibles.
Por ese mismo motivo y por ser el recorrido del disparador más corto, la velocidad con la que el tirador realiza disparos sucesivos puede llegar a ser muy rápida.
Con todo lo anterior, resulta fácil deducir que la aplicación más común hoy en día del mecanismo de Simple Acción es el tiro deportivo, sobre todo en modalidades como precisión, duelo y otras varias, así como en recorridos de tiro.
Sin embargo, el sistema de Simple Acción presenta un inconveniente serio, y es precisamente la excesiva facilidad con la que el tirador puede disparar el arma. Debido a esta característica, estas armas no son por lo general muy comunes en el ámbito policial o militar, y en los casos en los que lo son o lo han sido, casi siempre han estado acompañadas de uno o más seguros manuales externos. El caso más famoso es, como muchos sabrán, el de la Colt 1911 de calibre .45 ACP, posiblemente la pistola semiautomática de Simple Acción más popular de la historia.
El problema radica en que la mayor sensibilidad del mecanismo de disparo podría, hipotéticamente, aumentar las posibilidades de que se produjera un disparo accidental o negligente, más aún en una situación de alto estrés, lo cual a su vez podría suponer un agravio serio para cualquier profesional de las FCSE. Como expuse al principio de este texto, con esto no se está cuestionando la profesionalidad ni la habilidad de ningún miembro de estos colectivos, sino que simplemente se tiene en cuenta el hecho de que una pistola con este sistema de funcionamiento podría ser demasiado sensible o fácil de disparar, demasiado “agresiva” para las funciones policiales o militares. Aún así existen unidades policiales de excelente reputación que han mantenido armas de Simple Acción en servicio durante muchos años, como por ejemplo el SWAT de Los Ángeles, EEUU. Esta unidad y algunas otras solían portar el arma corta, en este caso la venerada Colt 1911, con cartucho en recámara y el seguro de aleta puesto, situación denominada “cocked & locked” (cargada y asegurada). En teoría, y debido a que la Colt tiene un seguro de empuñadura además del seguro de aleta y de la propia seguridad que aporta la funda, esta forma de portar el arma es segura y fiable, no obstante en mi opinión sólo debería emplearse por personal con experiencia, un nivel de instrucción muy alto y que tuviera altas probabilidades de tener que utilizar su arma de fuego en situaciones críticas. Por otra parte, el hecho de tener que desactivar el seguro de aleta antes de realizar el disparo también requiere un buen nivel de instrucción y puede ser algo que vaya contra nosotros en el peor momento.
Otro ejemplo más moderno de pistola con mecanismo de Simple Acción es la FN FiveSeven MK2 y otras versiones, arma vanguardista introducida a finales de los años 90 que dispara el exclusivo cartucho de 5,7×28 mm, y que hoy en día está en servicio en más de cuarenta países incluido España.
A mi juicio, el mecanismo de Simple Acción no es hoy en día el más recomendable para funciones policiales o militares, salvo que se tenga un gran nivel de instrucción, pero es sin duda uno de mejores para el tiro deportivo en sus diferentes modalidades.
Sistema de Doble Acción (DA):
Este sistema, también llamado “Sólo Doble Acción” o “DAO”, es habitual en bastantes armas semiautomáticas de hoy en día. Lo habitual es que estas armas, al igual que las de simple acción, presenten martillo exterior. El sistema comparte similitudes con el funcionamiento de los revólveres de doble acción. Al igual que en estos, el mecanismo de disparo realiza dos funciones o acciones, (de ahí el término Doble Acción). La primera es introducir tensión en el muelle del martillo, haciendo que éste llegue a su posición más atrasada. La segunda es liberar el martillo para que impacte sobre el percutor y se produzca el disparo. En otras palabras, si presionamos la cola del disparador, a medida que ésta avanza en su recorrido, veremos cómo el martillo se desplaza hacia atrás, su muelle adquiere tensión poco a poco y acto seguido es liberado con fuerza hacia delante, impactando en el percutor como se ha explicado. Es importante tener en cuenta que todo este proceso ocurre sin solución de continuidad, es decir, como una única secuencia que no puede ser interrumpida salvo que retiremos el dedo de la cola del disparador. Si lo hacemos, el martillo volverá nuevamente a su posición inicial. Otro dato importante es que el martillo de estas armas no puede colocarse manualmente en simple acción, como podríamos hacer con un revólver normal o una pistola de Doble Acción/Simple Acción como explicaremos a continuación.
Según lo anterior, estas semiautomáticas funcionan casi exactamente como los revólveres de doble acción, con la obvia excepción de que el tirador deberá introducir el correspondiente cargador y tirar de la corredera para introducir el primer cartucho en recámara.
La presión que se debe ejercer sobre el disparador es constante, no varía con los sucesivos disparos, y por lo general suele ser demasiado elevada en mi opinión. El recorrido del disparador suele ser más bien largo.
Las ventajas de este sistema son su simplicidad, la mayor seguridad en el tiro comparadas con las armas de simple acción, y el hecho de que todos los disparos requerirán exactamente la misma presión sobre el disparador y el mismo recorrido, lo cual favorece la instrucción del tirador. Además, para quienes se hayan instruido en el revólver de doble acción, estas semiautomáticas resultarán fáciles de utilizar y adaptarse a ellas no conllevará generalmente mucho tiempo ni dificultad.
La desventaja principal del sistema radica en que no está pensado para favorecer el tiro de precisión ni de velocidad. La presión a ejercer sobre el disparador y el recorrido del mismo son por lo general demasiado elevados para pretender obtener buenos resultados en estos aspectos. En otras palabras, disparar el arma “nos costará” un notable esfuerzo y los disparos sucesivos no serán demasiado rápidos. Será más habitual para el tirador cometer errores básicos como presionar demasiado fuerte la cola del disparador, haciendo que el arma cabecee, o ejercer demasiada presión lateral sobre la misma. Poniendo un ejemplo práctico, si tenemos dos tiradores de nivel de instrucción similar, y a uno le entregamos un arma de Simple Acción y al otro una de Doble Acción, casi con toda seguridad los resultados en cuanto a precisión y velocidad favorecerán al primero, no porque un arma sea de mejor calidad que otra, sino porque las armas de Doble Acción producirán más errores inducidos por el propio tirador.
Las armas de Doble Acción son por lo tanto adecuadas para el uso policial y militar, ya que son muy seguras en cuanto a que es más difícil que un tirador, debido por ejemplo a un estado de fuerte nerviosismo realice un disparo de forma involuntaria. También es común su empleo como armas de tipo compacto pensadas para la autodefensa. Por el contrario, no son armas recomendables para uso deportivo en modalidades de precisión, duelo, recorridos…etc
Algunos modelos populares que utilizan este sistema son la Sig-Sauer P250 o la FN High Power DAO, ambas armas con una excelente reputación.
Sistema de Doble Acción/Simple acción (DA/SA):
Este sistema es uno de los más habituales hoy en día en el seno de las fuerzas policiales y militares. También llamado “Doble Acción Tradicional”, se trata de un mecanismo que combina las características de la DA y la SA, todo en la misma arma. El proceso es el siguiente: supongamos el arma descargada y con el martillo abatido, es decir, en su posición relajada. Introducimos un cargador con munición y tiramos de la corredera. El primer cartucho se introducirá en la recámara y normalmente el martillo se quedará atrasado, es decir, en tensión (depende del modelo, pero lo habitual es que sea así). Ahora tenemos un arma cargada y lista para disparar en Simple Acción. Si hacemos fuego, tanto este disparo como los sucesivos serán siempre en Simple Acción. Hasta ahí todo claro. Pero también nos encontramos con la siguiente posibilidad: como el arma es de DA/SA, podremos utilizar el mecanismo de desamartillado de la misma, normalmente una palanca específica o el propio seguro de aleta, para relajar el muelle del martillo y colocar este en posición adelantada con total seguridad, sin que por ello se produzca el disparo. Ahora tenemos un arma cargada y lista para disparar en Doble Acción. ¿Qué ocurrirá si hacemos fuego? Pues que efectivamente, a medida que la cola del disparador avanza en su recorrido, el movimiento del martillo será primero hacia atrás proporcionando tensión a su muelle para, en el último momento ser lanzado hacia delante e impactar sobre el percutor. Sin embargo, dado que esta es un arma de DA/SA, a partir de ese primer disparo el martillo permanecerá siempre en su posición más atrasada, siendo los siguientes disparos siempre en Simple Acción.
Por otra parte, partiendo de la posición de Doble Acción, siempre tenemos la posibilidad de amartillar manualmente el martillo y pasar a Simple Acción si la situación lo requiere, por ejemplo para hacer un disparo con mayor precisión. Este también es otro recurso muy habitual y algo absurdo del cine y la televisión, cuando un personaje pretende lograr un efecto intimidatorio sobre otro amartillando manualmente su arma con un característico sonido mecánico.
¿Cuál es el modo correcto de portar y utilizar este tipo de pistolas? Como se expuso al principio del artículo, lo más habitual es llevarlas con cartucho en recámara y en Doble Acción por razones de seguridad. Según esto, en el 99% de los casos, lo habitual será que el tirador desenfunde, haga un primer disparo en Doble Acción, y los sucesivos ya en Simple Acción.
No tiene ningún sentido pretender hacer todos los disparos en Doble Acción, ya que para ello deberíamos utilizar la palanca de desamartillado después de cada disparo, lo cual es completamente absurdo. O realizamos absolutamente todos los disparos en Simple Acción, o realizamos el primero en Doble y los sucesivos en Simple hasta agotar la munición. Esas son nuestras dos únicas opciones, y si partimos de la base de que, según lo expuesto anteriormente, es casi prohibitivo llevar un arma en Simple Acción en la funda, ya no nos queda más remedio que limitarnos a la segunda de estas dos posibilidades.
Con estas armas, lo que para algunos es una ventaja para otros resulta un inconveniente: combina la DA y la SA, y con ello aumenta sus posibilidades de empleo, pero también resulta ser el más complejo de todos. Exigirá al tirador acostumbrarse a un primer disparo que requerirá una presión elevada sobre el disparador y un recorrido largo, para después “readaptarse” a los disparos sucesivos que requerirán mucha menos presión y tendrán un recorrido más corto. A pesar de que hay muchos tiradores que son capaces de hacer series muy rápidas y agrupadas con armas de estas características, no deja de ser cierto que el nivel de instrucción requerido para lograrlo es muy alto. Habrá que invertir muchas horas de entreno en seco y mucha munición real para llegar a ser un tirador eficaz con un arma de DA/SA.
Los comentarios habituales de quienes utilizan estas armas y normalmente no pueden llevar a cabo toda la instrucción que desearían con ella suelen ser del tipo “el primer disparo en DA cuesta mucho”, o “cuando desenfundo y hago una serie rápida casi siempre fallo el primer disparo porque es en DA”, o incluso “el primer disparo, como es en DA, casi siempre se desperdicia”, siendo este último comentario poco recomendable para cualquier tirador que se precie. La realidad es la que es: si nuestra arma reglamentaria o particular es de DA/SA, tenemos la obligación de instruirnos en realizar correctamente ese primer disparo en DA y los sucesivos en SA como dicta el funcionamiento normal del arma, y es nuestra responsabilidad el llegar a un nivel alto de eficacia en el tiro con este tipo de sistema. De nada sirven los pequeños “autoengaños”, como amartillar el arma e introducirla en la funda antes de realizar un ejercicio que quiero que me salga muy bien y se que un primer disparo en SA me lo pondrá más fácil.
Como dato favorable hacia este tipo de armas, podemos decir que el hecho de tener la posibilidad de hacer un primer disparo en DA puede interpretarse a nivel personal como que así el arma es “más segura”. Tenemos en las manos un arma cargada y lista para hacer fuego, pero mi decisión de disparar deberá ser muy clara y firme si pretendo hacer la necesaria presión sobre el disparador para poder realizar el primer disparo. El arma será mucho menos susceptible al disparo accidental o la negligencia, pero ojo, ¡sólo en el primer disparo! A partir de entonces tendremos en las manos un arma tan fácil de disparar como una Colt 1911 de Simple Acción.
Es muy habitual ver este tipo de armas cortas de dotación en las Fuerzas Armadas y fuerzas policiales de nuestro país. Algunos ejemplos son la H&K USP en muchas de sus variantes, la Beretta M92 FS de dotación en la Guardia Civil, o la antigua Llama M82 de fabricación Española. Otras armas muy populares y difundidas que emplean este sistema son la mayoría de los modelos de Sig Sauer, pistolas que desde hace décadas han incorporado la citada palanca de desamartillado mencionada anteriormente. Las citadas pistolas fabricadas por la firma alemana H&K poseen una palanca de seguro externa que además funciona como palanca de desamartillado. Lo mismo podemos apreciar en la Beretta M92 o la Llama M82 con la diferencia de que en los modelos de HK, más modernos, dicha palanca está localizada en el armazón del arma, concepto mucho más acertado que el de la Beretta o la Llama, cuya palanca de seguro/desamartillado está en el extremo posterior de la corredera, siendo así mucho más difícil de manipular.
Sistema de Aguja Lanzada:
Este sistema es una alternativa completamente diferente a los anteriores. En lugar de incorporar un percutor largo sobre el cual incide un martillo, el arma carece del mismo y utiliza sólo un percutor corto y muy robusto que incide directamente sobre el cartucho provocando el disparo. Esta pieza suele llamarse en inglés “striker”, traducido literalmente como “golpeador” o más técnicamente como “percutor” o “aguja”, y también dispone de su propio muelle como muchos percutores de armas con martillo. Debido a ello estas armas son conocidas como “striker-fired”, o literamente “disparadas mediante percutor”. Explicaremos a continuación su funcionamiento:
Al introducir un cargador con munición en el arma y tirar de la corredera, el primer cartucho se introducirá en la recámara y el mecanismo de disparo recibirá una tensión inicial o “pre-tensión”, que habremos provocado nosotros mismos al tirar de la corredera. Esta tensión inicial comprime el citado muelle del percutor hasta cierto punto, pero es insuficiente para provocar el disparo. Simplemente habrá colocado el percutor en una posición ligeramente retrasada, ya casi listo para ser liberado y “lanzado” hacia delante para incidir sobre el cartucho. A continuación, si presionamos la cola del disparador, aumentaremos poco a poco la tensión, y el percutor seguirá retrocediendo levemente hasta llegar al punto necesario para ser liberado y “lanzado” hacia el fulminante del cartucho, produciendo el disparo. De ahí el nombre de “aguja lanzada”.
La sensación que se obtiene al disparar este tipo de armas suele ser de haber ejercido una presión media sobre el disparador y experimentado un recorrido de longitud también intermedia, ni demasiado larga ni demasiado corta. No es tan sencillo como realizar un disparo con un arma de Simple Acción, pero tampoco tan difícil como con un arma de Doble Acción. Es literalmente un término medio.
Debido a ello, estas armas son muy sencillas de manipular y disparar. Requieren una presión sobre el disparador de alrededor de 2,5 kilogramos, lo cual como hemos expuesto no es demasiado suave ni demasiado pesado. Sus ventajas son obvias: todos los disparos serán exactamente iguales, desde el primero hasta el último, y la presión requerida para efectuarlos no será demasiado leve ni demasiado grande. No habrá variación del primero al segundo, como en el caso de las armas de DA/SA, ni tendremos que preocuparnos por desamartillar el arma, hacer disparos de Doble Acción con poca precisión ni nada por el estilo. Son de las armas más sencillas de cara a la instrucción y el entrenamiento, y dado su menor número de piezas, su fiabilidad suele ser a prueba de bomba. Otra ventaja es que, precisamente por tener un mecanismo de disparo menos complejo y con menos piezas, la altura de la corredera será menor y el peso total del arma también.
Existen, no obstante, algunos inconvenientes. Por ejemplo, en el caso de que pretendamos hacer fuego y se produzca un fallo de percusión, no podemos presionar nuevamente el disparador para intentar disparar de nuevo, ya que éste no habrá sido reseteado por su mecanismo. Las armas con martillo, DA, DA/SA permitirían presionar nuevamente el disparador para volver a intentar que el cartucho percuta correctamente. Esto es una desventaja menor, ya que la forma correcta de solucionar este tipo de interrupción no es esta ni mucho menos, pero no deja de ser un dato más que aportar.
Otra cuestión, quizá más controvertida, es que en muchas de estas armas es necesario realizar un disparo en seco para aliviar la pretensión del percutor o aguja. Hay quienes, no sin razón, afirman que el disparador de un arma sólo debe ser presionado para hacer fuego, no para aliviar la tensión de un percutor ni ninguna otra cosa, ya que de lo contrario es posible que el día menos pensado cometamos una negligencia y realicemos un disparo con fuego real cuando lo único que pretendíamos era hacer un disparo en seco. Este es el argumento principal de los detractores de este tipo de sistema, ya que con las armas de DA, y de DA/SA, basta con utilizar la palanca de desamartillado. Esto genera un largo debate entre unos y otros usuarios. Personalmente y como usuario de Glock, nunca realizo el disparo en seco para aliviar la pretensión hasta el momento de finalizar la sesión de tiro. Si debo descargar mi arma para llevar a cabo una explicación o cualquier otra cosa, la descargo y la compruebo, pero no realizo dicho disparo en seco inmediatamente después. Simplemente no es necesario.
Las armas con sistema de aguja lanzada son las más “todoterreno”, adecuadas para casi todo tipo de usos. Han encontrado un hueco en todos los mercados, ya sea el militar, el policial, el civil o el deportivo. Sus puntos fuertes son la gran sencillez de uso y de entrenamiento y su gran fiabilidad.
Los ejemplos más conocidos de armas que utilizan este sistema son: Glock en el 100% de sus modelos, Smith & Wesson en el modelo Military & Police, y Walther en su modelo P99 y posteriores como el modelo PPQ. Existen otros algo menos conocidos en nuestro país pero de gran calidad como las Springfield XD.
Otros mecanismos:
Existen otros interesantes sistemas de funcionamiento en el mundo de las armas cortas. Hay disparadores de reseteo, híbridos…Uno de los más interesante es el sistema L.E.M. (Law Enforcement Modification), o “Modificación para las Fuerzas del Orden”. Este sistema lleva entre nosotros desde el año 2001, cuando fue introducido por H&K en una de las variantes de su pistola USP. Posteriormente logró más renombre en el modelo P2000 y sobre todo en la P30, último modelo de la empresa. Básicamente funciona como un mecanismo de Doble Acción mejorado. Podremos disparar todos los cartuchos aplicando la misma presión sobre el disparador, pero ésta será menor. Asimismo, el disparador prácticamente no ofrecerá resistencia durante su recorrido hasta el último momento, y su reseteo será muy corto. Esto nos permitirá un disparo más suave, disparos sucesivos más rápidos y menos errores en la precisión, cuestiones todas ellas que anteriormente mencionamos como inconvenientes principal de las armas de Doble Acción (DA).
El sistema LEM consigue estas mejoras por medio de una pre-tensión aplicada al muelle del martillo cada vez que la corredera se desplaza hacia atrás. Una vez hayamos tirado de la corredera e introducido el primer cartucho en recámara, el martillo estará en su posición adelantada o relajada, pero sin embargo estará pre-tensado. La corredera habrá hecho parte del trabajo por nosotros, y gracias a ello, a partir de este momento la presión requerida sobre el disparador para hacer fuego se habrá reducido notablemente, y el reseteo será también mucho más corto, lo que nos facilitará aumentar nuestra precisión y nuestra cadencia de disparo. Este sistema, de los mejores actualmente, representa una muy lograda combinación de las ventajas del martillo con las de los sistemas de pre-tensión.
Como conclusión, podemos afirmar que el sistema de funcionamiento de un arma corta es quizá el primer factor a tener en cuenta a la hora de adquirirla y de aprender a utilizarla. Es la principal seña de identidad del arma, además del calibre de la munición que dispara. Hay varios sistemas diferentes y los ejércitos, las fuerzas policiales, los tiradores deportivos…todos tienen sus requisitos específicos para las armas cortas que adquieren. El tirador, por su parte, debe aprender a manipular el arma con total soltura y conocer todos los aspectos de su funcionamiento tanto a nivel teórico como práctico. Al principio, “acertar en el diez”, es lo de menos. Lo importante es conocer todos los secretos del arma, y al mismo tiempo, ser siempre un usuario seguro y responsable de las armas de fuego.
Alfonso García
Fuentes:
– “The Perfect Pistol Shot” , Albert H. League III, Paladin Press
– “The Complete Glock Reference Guide”, 3ª edición.
– “Enciclopedia de Pistolas y Revólveres”, A. E. Hartink
– Heckler & Koch USA
Gracias por escribir un artículo que aporta tanta información y que aclara tantos conceptos.
Un saludo.
Juan Pedro
Se agradece las explicaciones que nos da, siempre aprendió cosas nuevas, muchas gracias.
Pues no utilizo un disparador recto como para conocer sus ventajas e inconvenientes pero tengo entendido que al ser recto no condiciona al dedo a apoyarse en la parte central como con los curvos por lo que puede apoyarse el dedo más abajo para hacer más palanca. Se supone que así se siente un disparador más ligero aún manteniendo la misma tensión que el curvo.
Feliz día a todos… escribo desde El Salvador, me considero un aficionado, soy veterano de las FFAA, he quedado impresionado con el presente articulo. Mi pregunta es ¿por que en algunas armas, sobre todo deportivas el disparador es recto y no curvo? Esto también lo observo en variantes de la Sig P320: https://es.pinterest.com/pin/573153490058598731/
Mis disculpas por mi ignorancia…
Hola, he leido tres articulos tuyos y me han fascinado. Soy un principiante en esto, me meti en este mundo por mis últimos estudios y mi futuro profesional (escolta privado) ademas que me encanta ir a entrenar y lo hago siempre que puedo. Ahora mismo vivo en Argentina aunque próximamente me trasladare a vivir a España (soy español) y al ser joven y recientemente haber descubierto este apasionante mundo me gustaría aprender mucho y en el futuro ser un gran profesional y un tirador experimentado. He hecho cuatro cursos/jornadas de tiro defensivo, táctico y de saturación con instructores internacionales pretendidos por el SWAT. Siento que estoy en el primer escalón de una larga escalera y me gustaria ir subiendo escalones poco a poco por lo que me gustaria estar en contacto con usted. Seria un placer para mi poder conocerlo en persona y asistir a jornadas de tiro con usted ( si las hace). Le dejo mi correo electronico por si acepta querer hablar conmigo en privado. Para mi seria un honor. Muchisimas gracias por brindar sus conocimientos, son de gran ayuda.
adrian1991escobar@gmail.com
Interesante comentario y análisis mis felicitaciones al autor del tema así como a los críticos sobre el tema, lo importante esta en la instrucción y capacitación sobre el arma a utilizarse, gracias que sigan los comentarios
No tenía conocimiento de que existiera una Browning high power con sistema DAO. Yo pensaba que la HP eran todas de acción sencilla.
Si no me equivoco, con las pistolas de doble acción, y con las DAO creo que también, presionando el disparador puedes disparar en vacío una y otra vez. Con la Safe Action de Glock eso no sucede, como tampoco sucede con las pistolas de simple acción. Por eso a mi me resulta más parecida a una simple acción que a una doble. Asimismo con Glock no es posible llevar el arma en la condicion 2 [ready condition 2] como si suele ser posible con las pistolas de doble acción y DAO.
Independientemente de si se considera más una simple acción o una doble acción lo que está claro es que no es ninguna de las dos, porque técnicamente no es una simple acción y porque no se comporta como una doble acción.