Parece como si los cursos de formación se pudieran coleccionar como los cromos, y que en eso consiste el currículum vítae de una persona y es lo que define objetivamente su experiencia y maestría. Pero no todo es lo que parece. Quizás ese sea el motivo por el que inicialmente alguno se plantea iniciar su colección particular de cursos de formación de todo tipo, de todos los colores y de todos los sabores, perdiendo de vista el auténtico objetivo de la formación, centrándose exclusivamente en aumentar dicha colección y sin prestar atención alguna a lo verdaderamente importante.
Pasado cierto tiempo, se percata que no todos los cursos son iguales aunque traten sobre un mismo tema, que no todos los cursos son necesarios por interesantes que puedan parecer, que la formación de un profesional no puede limitarse a coleccionar cursos, y que, en definitiva, la respuesta a todas las preguntas no se encuentra en un curso.
No pretendemos, ni mucho menos, criticar a nadie en concreto, ni a los que tienen un nutrido currículum vítae con una importante colección de cursos, ni a los que tienen uno pobre con pocos cromos. Se trata simplemente de exponer un punto de vista en cuanto a la importancia de la formación integral de un profesional, concretamente en la materia del combate con armas de fuego.
Los cursos constituyen solo una parte de la formación, que se quedaría coja si estos no vienen acompañados de algo más posteriormente. Cualquiera que haya realizado algún curso habrá sacado sus propias conclusiones tras finalizarlo, valorando si el curso ha resultado provechoso, si realmente ha sido inútil, si el profesor o instructor era más o menos válido, si los contenidos estaban bien desarrollados. Sin embargo, la cuestión es que normalmente en un curso de formación el tiempo disponible es bastante limitado y no resulta nada fácil que se pueden llegar a adquirir realmente unas destrezas y/o habilidades tales como las que requiere el combate con armas de fuego. «Siempre se aprende algo», por poco que sea, aunque solo sea lo que no hay que hacer. Eso suena más a excusa para justificar el error de haber realizado un determinado curso, y no sirve como criterio.
Esto quiere decir que existe una diferencia entre instrucción (realizar un curso) y adiestramiento o entrenamiento (practicar lo aprendido en un curso). Esta diferencia no siempre es tenida en cuenta y, en algunos casos, se impone la falsa creencia popular por la que una vez superado un curso con aprovechamiento ha finalizado la formación. Es decir, se presta especial atención a la instrucción, pero no se dedican demasiados esfuerzos al adiestramiento o entrenamiento.
Si atendemos a los significados que otorga el diccionario de la Real Academia Española a los términos instrucción y adiestramiento se puede apreciar cierta diferenciación y relación mutua entre ambos términos. Instrucción se define como acción de instruir y además como caudal de conocimientos adquiridos, e instruir como enseñar, doctrinar o comunicar sistemáticamente ideas, conocimientos o doctrinas. Por otra parte, adiestramiento se define como acción y efecto de adiestrar y adiestrar como hacer diestro, enseñar, instruir. Se puede convenir que la instrucción de una persona comprende el adquirir una serie de conocimientos, que normalmente le serán impartidos por un profesor/instructor en el transcurso de un curso o unas clases, aunque también podrán adquirirse de forma autodidacta. El adiestramiento entonces comprendería practicar los conocimientos adquiridos durante la instrucción, se trataría de ¡practicar, practicar y practicar!, tarea fundamental para lograr una verdadera formación.
En resumidas cuentas, la instrucción recibida de forma intensiva a lo largo de 2, 3 o 4 días durante un curso de formación sobre tácticas, técnicas y procedimientos (TTPs) de combate con armas de fuego tendrá que ser necesariamente complementada con un buen adiestramiento progresivo y continuado de forma que esas TTPs puedan realizarse con suficiente soltura y no lleguen a perderse en el olvido. Las habilidades y TTPs en el combate con armas de fuego son absolutamente perecederas y se pierde destreza rápidamente si no se practican con asiduidad.
Plantéate la siguiente reflexión: ¿qué crees que resulta más productivo? ¿uno o dos mil disparos en 3 o 4 días una vez al año? ¿cien o doscientos disparos una vez al mes durante todo el año?
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Muchísimas gracias por tu comentario, Víctor.
De verdad que me alegra que este artículo te haya parecido asertivo. A ver si consigo esa asertividad en algún otro artículo.
Un saludo.
Hola. soy de Chile. Experto en manejo de crisis y algunos años en antiterrorismo. La verdad estoy gratamente sorprendido de lo asertivo de tu artículo. Te felicito y espero puedas seguir publicando material técnico asociado a la temática del uso y entrenamiento en armas, como de otros temas que de seguro dominas. Saludos cordiales desde el sur del sur del mundo.
Pues entiendo que si estamos cerca. Y mira, es más, la persona que hace algo más de 10 años me animo a entrar en el EZAPAC está ahí contigo seguramente, tratando de pasar la capacitación de la FGNE. A finales de junio pasó una supervivencia si no me equivoco.
Un abrazo, y ya nos veremos en algún salto, ejercicio o actividades varias.
Gracias a ti, Esteban.
Cuidate.
Un abrazo.
Muchísimas gracias por tus palabras, Cecilio. Aprecio sinceramente tus comentarios desde tan lejos.
Cuidate mucho, brother.
Un abrazo.
Gracias por la confirmación. Me sonaba que algo así era pero no las tenía todas conmigo. Y ahora que lo dices me parece totalmente aplicable al combate con armas de fuego eso de CR1, CR2 y CR3, quizás sea algo así como gatear (CR1), andar (CR2) y correr (CR3).
Por otra parte, te agradezco sinceramente tus amables palabras respecto al trabajo en nuestro Blog y me alegra mucho que te resulte de interés. Espero ser capaz de continuar transmitiendo lo poco que vaya aprendiendo.
Ahora que nombras la EZAPAC creo que estamos bastante cerca, así que a ver si algún día nos encontramos.
Un abrazo.
Me alegro que te haya gustado este artículo y te agradezco tus palabras. Espero que poco a poco entre todos podamos continuar evolucionando.
Excelente artículo para llamar la atención sobre un tema tan interesante y ligado a otros anteriores.
Como siempre transmito a mis compañeros:
Si escuchas, olvidas.
Si ves, recuerdas.
Si practicas, aprendes.
EXCELENTE blog, una vez más FELICIDADES (también en mayúsculas) por hacernos reflexionar sobre temas tan importantes para nuestro trabajo.
Te puedo confirmar que en el caso de los pilotos eso es así. Durante su instrucción van superando fases LCR (Limited Combat Ready), CR1 (Combat Ready 1), CR2 y finalmente CR3. Si están demasiado tiempo sin volar pierden los niveles, no se si progresivamente o todos. Esto es así al menos en España y el resto de la OTAN. En el EZAPAC se trata de asimilar este método a todo el adiestramiento en general, en algunos casos de manera más precisa que en otros, por eso en esta unidad se habla también de los famosos niveles CR. Por tanto cuando se está demasiado tiempo sin prácticar una determinada «materia» se ha de pasar un PAB (Plan de Adiestramiento Básico), para poder retomar la actividad.
En otro orden de cosas, debo decir que este blog es EXCELENTE (si, con mayúsculas). No se si he posteado antes en él (intención hubo muchas veces, pero no tiempo) por eso lo digo ahora. Continua así. Solo espero y deseo que no dejes jamás de tratar temas tan interesantes y llevarlos de tan buena manera. Toda una referencia para los que nos interesan estas cosas.
Buen articulo y totalmente correcto.
Quien sale de un curso haciendo algo de forma perfecta es que solo hizo una cosa. El curso debe decirte la meta a alcanzar y como lograrlo, luego el trabajo diario es lo que lo hará crecer, mejorar e incluso perfeccionar.
Muy bueno.
Gracias por señalarnos lo que realmente es importante. La formación continuada debería ser nuestro objetivo.
Tu profesor de bachillerato era una persona sabia.
Muchas gracias por la felicitación. Realmente lo que me alegra enormemente es que estas cosas puedan servir de ayuda a alguien.
Curiosamente los que más en serio se toman la cuestión de la adiestramiento creo que son los pilotos. Si no estoy equivocado si transcurre demasiado tiempo sin tocar los mandos de un aeronave es necesario hacer una especie de refresco o algo así antes de volver a pilotar. Me suena que algo así era, pero debiera confirmarlo alguien que lo sepa a ciencia cierta.
Gracias por tus amables palabras, Pedro.
Me alegro que un artículo como este sirva para que reflexionemos juntos y hagamos autocrítica sobre nuestra propia instrucción y adiestramiento. Creo que ahí radica la clave para evitar caer en la petulancia y continuar trabajando.
Como habitualmente, tienes toda la razón del mundo. Si a esto le sumamos la cantidad de Supermegainstructores que ya se creen con la capacidad suficiente para instruir sobre TTPs cuando lo único que les otorga esa capacidad es el hecho de haber recibido un curso anterior sin tener ninuna experiencia operativa en la materia, el caos es mayor.
Como bien decía un profesor mío de Bachillerato, la repetición es la base del éxito, si no entrenas lo que has aprendido, en relativamente poco tiempo se olvidará y más cuando hablamos de manipulaciones de armas de fuego y entrenas para resolver o salir airoso de una posible intervención armada en la que tus habilidades pueden llegar a desaparecer si no están lo suficientemente adquiridas.
Aprovecho para felicitarte por todos tus artículos, yo almenos sigo aprendiendo con ellos y eso, en este moemnto que atraviesa el «sector» de los que nos dedicamos a la formación en TTPs con armas de fuego, escasea.
Muchas gracias.
Fenomenal opinión y artículo, como siempre. La verdad es que todos los cursos realizados, sin una práctica continuada de esos conocimientos recibidos, se quedan a la larga en papel mojado, en un diploma y poco más.
En cuanto a su reflexión, creo que la lectura detallada de su opinión lo deja muy claro. Práctica continuada, es decir esos disparos una vez al mes.
Gracias por su opinión y reflexión.