El control del disparador no solo es uno de los principios básicos del tiro, sino que se suele considerar como el más fundamental. De este principio básico dependerá en gran medida que los impactos vayan a su sitio o no, dado que hasta que el proyectil no abandona la boca de fuego el dedo que presiona el disparador puede desviar el arma. Además, el control del disparador ─especialmente el reseteo del disparador─ determina la capacidad de colocar todos los impactos sobre el blanco en secuencias de varios disparos con una elevada cadencia de fuego.
El control del disparador implica mantener el control del arma en todo momento mientras se presiona el disparador. Esto comprende cuatro etapas:
el recorrido inicial del disparador, que comprende el movimiento del disparador desde la posición en la que descansa normalmente hasta el lugar en el que encuentra la resistencia previa al disparo propia de la fricción del fiador y otras piezas que van a liberar el martillo o la aguja percutora.
el punto de disparo, que es el lugar en el que se encuentra el disparador cuando realmente se produce el disparo una vez se libera el martillo o la aguja percutora.
el final del recorrido del disparador, que es dónde se detiene el disparador en su movimiento hacia atrás tras producirse el disparo y que suele coincidir con el punto de disparo ─aunque no siempre─.
el reseteo del disparador, que el el lugar en el que el disparador vuelve a engranar o enganchar con
Comentarios recientes