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Cargar el arma
Existen muchas formas de cargar un fusil o una pistola semiautomática. Hace muchos años me enseñaron a ejecutar un procedimiento «deliberado» para cargar el arma. Soy una de esas personas que creen firmemente en alguna clase de procedimiento deliberado para cargar el arma. Aprovecho este procedimiento como una nueva oportunidad para realizar una repetición más de cosas que importan así como para inspeccionar el arma y asegurarme que funcionará cuando sea necesario.
Mi apuesta en cuanto a procedimiento para cargar mi arma es la siguiente:
- Localiza algo pequeño en una dirección segura hacia lo que presentar el arma. Se trata de una gran oportunidad para ensayar una secuencia completa de disparo y comprobar cómo va el arma a donde estás mirando.
- Tras marinar un poco lo que parece correcto tráete tu arma a tu espacio de trabajo y retén la corredera o el cierre atrás. En este momento realizo una comprobación de 4 puntos: inspecciono la recámara, el brocal del cargador, el plano de culata [breechface] y una vez más la recámara.
- Tras una rápida inspección del arma agarra un cargador de tu lugar «preferido» [ese al que siempre recurres en caso de necesidad para una recarga de emergencia] y ejecuta la mecánica de una recarga mientras haces regresar el arma hacia donde estabas mirando.
- Una vez practicada la recarga ejecuto una comprobación de la recámara «press check» para confirmar que verdaderamente hay un cartucho en la recámara.
- A continuación reseteo el portacargador [lo relleno con un cargador lleno] y compruebo cualquier linterna o láser que vaya montado en el arma. En competición comprobaré mis otros cargadores para asegurarme que no están demasiado cargados [con demasiados cartuchos de forma que el muelle ejerce mucha presión hacia arriba] como para una recarga táctica [cambio de cargador con el cierre o corredera adelantados].
Este procedimiento para cargar nunca me ha costado nada pero me ha evitado una de esas incómodas situaciones de un «clic» en lugar de un «bum» que he visto pasarles a algunos tiradores que cargan su arma de forma diferente.
Algunas cuestiones a tener en cuenta. El procedimiento deliberado para cargar el arma se puede modificar pero creo que es mejor que realices más repeticiones si puedes. Siempre ejecuto la comprobación de la recámara «press check» porque resulta tremendamente fácil y realmente fundamental. Todo este procedimiento lo ejecuto con el dedo índice sobre el armazón del arma.
Aquí tienes un vídeo en el que hablo con detalle sobre la carga deliberada y otro par de técnicas.
Frank Proctor
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Con este artículo Frank Proctor se suma al selecto elenco de maestros del combate con armas de fuego que escriben en El Momento del Combatiente con Armas de Fuego y nos trae un tema de sobra conocido y realmente importante como es el contar con un procedimiento para cargar el arma o para preparar el arma (lo que algunos maestros llaman «making ready»). En el vídeo, lamentablemente sólo disponible en Inglés, Frank explica brillantemente esta cuestión.
Si no me equivoco en nuestro país se enseña habitualmente a comprobar que la recámara está vacía en lugar de comprobar que está llena y lista para el combate o el servicio. Asimismo el procedimiento que habitualmente se enseña para comprobar que la recámara está vacía implica ciertos riesgos y en más de una ocasión se ha materializado en una descarga negligente por parte del usuario/tirador al introducir el cargador antes de llevar la corredera o el cierre hacia delante y acto seguido disparar el arma, supuestamente en vacío. ¿Qué necesidad hay de disparar el arma en vacío si ya se ha comprobado que la recámara está supuestamente vacía? Claro que considerar que la recámara está vacía supone vulnerar la primera regla de seguridad con las armas de fuego (considera todo arma como si estuviera cargada), lo que si se encadena con la vulneración de la segunda regla de seguridad con las armas de fuego (NO dirijas la boca de fuego de tu arma hacia nada ni nadie sobre lo que no pretendas disparar) puede desembocar en algo más que la vergüenza de una descarga negligente.
Sin lugar a dudas la comprobación de la recámara «press check» simplifica las cosas y posiblemente reduce los riesgos, especialmente si se cumplen las cuatro reglas de seguridad con las armas de fuego, pero necesita práctica.
¿Te han enseñado alguna vez algún tipo de procedimiento deliberado para cargar tu arma antes de empezar a trabajar? ¿conoces el procedimiento para comprobar la recámara «press check»?
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Frank Proctor fue militar durante más de 18 años, los últimos 11 años en Fuerzas Especiales del Ejército de Tierra estadounidense. A lo largo de sus múltiples despliegues de combate en Afganistán e Irak tuvo el privilegio de trabajar con y aprender de muchos veteranos operadores de Fuerzas Especiales de forma que la combinación de todos sus años de conocimientos y experiencias le han ayudado a convertirse en un mejor operador e instructor.
Mientras ejercía como instructor del Curso de Combate Urbano Avanzado de las Fuerzas Especiales [Special Forces Advanced Urgan Combat Course] se introdujo en el mundo del tiro de competición. Desde entonces ha adquirido el rango de Grand Master en la Limited Division de la USPSA y de Master en la división Stock Service Pistol de la IDPA. Aprendió mucho del tiro de competición y eso le ha ayudado a convertirse en un mejor tirador táctico. Frank es una de esas personas capaz de trasladar su experiencia en las Fuerzas Especiales del Ejército de Tierra estadounidense, en el tiro de competición y como veterano instructor a cada uno de sus cursos.
Todas estas experiencias se combinan para hacer de Frank Proctor un tirador e instructor muy completo capaz de ayudarte a lograr tu objetivo de convertirte en un mejor tirador.
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El Momento del Combatiente con Armas de Fuego consistía en una breve reseña semanal que publicaba SoldierSystems y nos autorizaron a reproducir una traducción al español de esta serie de reseñas.
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Francisco, comprendo que tengas tus reparos ante el cartucho en recámara aunque no comprendo las razones, ¿qué crees que puede pasar porque haya un cartucho en recámara?
En mi opinión un arma de fuego viene a ser como un coche, que no se arranca hasta que no se acciona el contacto aún teniendo el depósito lleno de combustible y habiendo combustible en la «recámara». Al entender que un cartucho en la recámara no implica peligro alguno salvo que se accione el disparador considero que mejor tener la recámara lista para cuando el arma sea requerida que no tener que prepararla para hacer fuego cuando sea requerida y quizás sea demasiado tarde para montar el arma.
El tiempo no sólo es oro en una situación de combate sino que te puede costar la vida, aunque sólo sea por cuestión de décimas de segundo, esas décimas de segundo que habrías de perder montando el arma antes de poder hacer fuego frente a una amenaza por no contar con un cartucho en recámara.
No comparto esa tecnica de tener siempre un cartucho en recámara. Mejor, creo yo, es estar bien entrenaado y al momento de se requerido alimentar la recámara y actuar empleando las Técnicas, Tácticas y Procedimientos.
Quizás sea lo mejor para evitar tener que cambiar un cartucho cada día. En un principio no resulta recomendable que el cartucho que ya ha entrado en la recámara vuelva al cargador. Podrías hacerlo 2 o 3 veces sin problemas pero a la larga podría dar problemas en el momento del disparo porque el cartucho se va deteriorando al introducirlo en la recámara repetidas veces.
Guardar el arma con cartucho en recámara no creo que presente problemas siempre y cuando nadie más tenga acceso al arma. En el caso de armeros abiertos en los que el arma queda expuesta (más típico de fusiles) o que el arma haya que entregársela a otra persona para que la ponga bajo llave por seguridad y sencillez a mi me parece razonable entregar el arma sin cargador y con la recámara abierta (cierre o corredera retenida atrás).
Mi arma de servicio duerme siempre en el armero con su cartucho en la recamara, de este armero solo tengo llave yo, (y una copia guardada en la armeria del cuerpo por si hay perdidas) por lo que cuando comienzo el servicio realizo un press-chek y asi compruebo que sigue donde lo deje el dia anterior.
Solo en caso de vacaciones o periodos prolongados saco el cartucho …con esto intento evitar que el cartucho termine deformandose y me falle en el momento menos indicado y
repongo toda la municion en cada ejercicio de tiro (2 anuales).
No se si es buen o mal metodo, pero de momento me funciona bastante bien.
Por mi parte no he tenido problemas salvo en alguna ocasión al pretender explicarlo y mostrárselo a alguien, ya que ahí si he llegado a retroceder demasiado la corredera, lo que con el fusil nunca me ha pasado porque supongo que resulta más difícil.
Personalmente utilizo una TTP de press check válida tanto con luz como sin luz que consiste en introducir por la ventana de expulsión el dedo corazón de la mano de apoyo y palpar la recámara, de forma que no hace falta mirar. En principio funciona tanto con guantes como sin guantes, de día y de noche, aunque su utilidad es para comprobar que hay un cartucho, lo que estará especialmente indicado ante una acción que pueda implicar la necesidad de hacer uso del arma, como por ejemplo antes de iniciar una misión.
Para comprobar que no hay un cartucho en recámara, si es por seguridad antes de depositar el arma en el armero, lo normal es que no haya ninguna prisa, porque se trataría de una situación segura en la tranquilidad de un lugar conocido y dominado por fuerzas propias.
A mi personalmente, el «press check» en condiciones de estrés o muy dinámicas me cuesta bastante, hay que controlar muy bien lo que se tira de la corredera, en más de una ocasión en expulsado un cartucho sin querer o o lo he dejado a medio expulsar. En una situación muy dinámica es una acción que me requiere demasiada atención…evidentemente es por mi falta de entrenamiento, no por que sea una mala técnica. Generalmente la llevo a cabo antes de enfundar el arma para empezar un ejercicio, pero nunca durante las recargas «tácticas».