Todo usuario ─por profesión o por afición─ de un arma de fuego sabe el peligro que él mismo representa si durante el uso y/o manejo de dicho arma no respeta unas mínimas normas de seguridad (las cuatro reglas de Jeff Cooper). Lo realmente peligroso no es el arma de fuego en sí misma, que en esencia no es más que un objeto inanimado, sino su usuario, que siendo humano puede equivocarse, especialmente cuando no presta la debida atención a lo que está haciendo.
Pues a pesar de conocerlo de sobra, no todos los usuarios de un arma de fuego son conscientes de dicho peligro y la autocomplacencia puede llevarles a obviar el estricto cumplimiento de las cuatro reglas de Jeff Cooper, que representan las reglas de oro en lo que a seguridad en el uso y manejo de armas de fuego se refiere. En este sentido, este artículo viene a poner de manifiesto las consecuencias de no cumplir fielmente dichas reglas, bien sea por negligencia o por imprudencia.
Durante la mañana del 30 de julio de 2012, lunes, Aaron estaba sentado en el sofá del salón de su casa y se procedía a lijar un poco la empuñadura de su pistola S&W M&P40, en calibre .40 S&W, para adaptarla mejor a su propia mano. Antes de empezar a trabajar sobre la empuñadura comprobó el estado del arma aplicando el método tradicional (extraer el cargador, retrasar la corredera, comprobar la recámara, liberar la corredera, disparar en vacío, introducir el cargador). En cuanto empezó con la lija se dio cuenta que mejor sería retirar la corredera para evitar arañarla con la lija.
Posiblemente no prestó toda la atención que debiera a lo que estaba haciendo en ese momento, por lo que sin ser plenamente consciente, montó el arma tirando de la corredera hacia atrás, sin percatarse que el cargador introducido en el arma estaba municionado, por lo que con esta acción introdujo un cartucho en la recámara. Acto seguido, su dedo presionó el disparador y, sin comerlo ni beberlo, se produjo una descarga involuntaria y negligente, cuando tendría que haberse tratado de un disparo en vacío (las pistolas Glock, así como las S&W M&P requieren disparar en vacío para poder desmontarlas). Lo que debió haber sido un click se convirtió en un bang. El propio Aaron dice no recordar exactamente cómo sucedió todo.



Tras la descarga involuntaria y negligente, lo primero que Aaron recuerda son los gritos de su prometida, a la que alcanzó el núcleo de plomo, ya desprendido de su cubierta de latón, tras haber atravesado la mano y la pierna de Aaron (de lo cual todavía no se había percatado él mismo), del proyectil de punta hueca blindada Remington Golden Saber HPJ de 165 grains. El proyectil le atravesó la pierna por debajo de la rodilla. Aaron controló la hemorragia de su prometida con unas toallas, momento en el que ella le dijo que él también estaba herido. Hasta entonces no se había dado cuenta que tenía una herida importante en el muslo, porque estaba bastante preocupado por el estado de su prometida.
Cuando Aaron se disponía a llamar al 911 [lo que en España es el 112] le fue imposible hacerlo con su teléfono móvil porque la sangre le impedía ver la pantalla. Ahí fue cuando se dió cuenta que también tenía una herida en la palma de la mano. Mientras esperaba la llegada de la asistencia médica, Aaron se aplicó un torniquete CAT en la pierna para detener la hemorragia (llegó a perder medio litro de sangre).
Afortunadamente, las heridas no revistieron excesiva gravedad y ninguno de los dos necesitó intervención quirúrgica.
Lejos de sentirse avergonzado e intentar ocultar lo sucedido, Aaron hizo público este incidente en un foro desde la cama de un hospital la misma tarde del día en el que se produjeron los hechos. Su humildad y buena voluntad le animaron a contarlo todo al detalle ─fotos incluidas─, con el objetivo didáctico de concienciar a todo usuario de un arma de fuego sobre la importancia de las normas de seguridad y que así evite caer en la autocomplacencia que puede llevar a una descarga involuntaria y negligente. Además, cuando le pedimos permiso para contar aquí su historia, no tuvo ningún inconveniente y se ofreció a facilitarnos toda la información, incluidas las fotos sobre el incidente que ilustran este artículo.
.
Tienes toda la razón.
Supongo que el exceso de confianza puede dar lugar a accidentes inesperados como este.
Me parece que Aron se confio demasiado, todos los que manipulamos armas de fuego sabemos que si vamos a manipular el arma para limpieza o para cualquier otra cosa, y estamos fuera de un poligono de tiro, el arma debe estar sin cargador, y el cargador sin cartuchos. Muy buena la nota saludos a todos desde Colonia Santa Rosa, Salta, Argentina
Blindada, semiblindada o plomo no parece que vaya a cambiar demasiado las cosas. Hay muchos tipos de munición y cualquier proyectil blindado, semiblindado o plomo no es lo más recomendable en cuanto a eficacia. Parece que los proyectiles de punta hueca son la mejor solución y supongo que por eso son los más utilizados fuera del ámbito militar. En España todavía queda camino por recorrer para que, al menos fuera del ámbito militar, se puedan utilizar proyectiles de punta hueca. Y digo fuera del ámbito militar porque en dicho ámbito no es posible el uso de proyectiles de punta hueca ya que el estándar es el FMJ. Se dice que la convención de Ginebra prohibe el uso de proyectiles expansivos, de balas dum dum, y de punta hueca y parece ser ese el motivo por el que no se utilizan en el ámbito militar ni en España, ni en Europa, ni en EE.UU.
Más que la sobrepenetración me preocupa la colocación de los disparos. De nada sirve que un proyectil tenga mayor o menor sobrepenetración si realmente no vamos a poder colocarlo sobre la amenaza y el proyectil irá a parar quién sabe dónde. La aplicación de las cuatros reglas de oro implica (regla número 4) asegurarse de cuál es el blanco a batir, así como lo que tiene delante y detrás. El auténtico peligro no es la sobrepenetración sino fallar el disparo. No cabe duda que lo más adecuado sería disponer de aquella munición que resulte más eficaz en todos los aspectos, pero no parece que esté cerca la implantación de proyectiles de punta hueca.
¿Y tú crees que eso no lo sabemos todos? Pero a pesar de todo este tipo de descargas accidentales ocurren. La autocomplacencia nos lleva a despreciar lo evidente.
Tengo pendiente escribir una exposición sobre la ventaja de seguridad que supone llevar cartucho en recámara. Todas estas descargas negligentes se acabarían porque realmente se producen porque el usuario no es consciente que realmente hay un cartucho en recámara o, dicho de otro modo, inconscientemente cree que no hay un cartucho en recámara y cree estar disparando en vacío.
Lo primero que habría que erradicar es la costumbre de extraer el cargador para poder comprobar la recámara. Lo segundo sería implantar la costumbre de comprobar la recámara para saber que existe un cartucho en recámara, porque siempre llevaremos un cartucho en recámara. No tiene sentido portar un arma SIN cartucho en recámara; creo que viene a ser algo así como desconectar la batería del coche cada vez que se aparca.
Si el usuario es consciente que siempre porta un cartucho en recámara y se acostumbra a comprobar que esto es así sin necesidad de extraer el cargador, posiblemente se reduzcan las descargas negligentes de este tipo.
Algunas de las descargas negligentes se producen precisamente por la variable de extraer el cargador del arma para comprobar la recámara y por la costumbre de disparar el vacío. Si eliminamos estas dos variables seguramente el número de descargas negligentes se reduzcan considerablemente.
El método tradicional para comprobar la recámara implica extraer el cargador como primer paso, para a continuación retener la corredera atrás, comprobar visualmente la recámara, introducir el cargador, liberar la corredera mediante la palanca de retenida y disparar en …¡BANG! Ahí está el error. Con sólo estar ligeramente distraído e introducir el cargador antes de liberar la corredera automáticamente se va a introducir inconscientemente un cartucho en recámara y al disparar en vacío realmente se estará disparando un cartucho. Si a eso le sumamos que se vulneran prácticamente todas las cuatro reglas de oro de Jeff Cooper es fácil que esta descarga pueda tener consecuencias irreversibles más allá de una simple baldosa rota o un agujero en la pared.
En fin, queda para otra una explicación detallada de las cuatro reglas de oro de Jeff Cooper y lo que realmente significan, así como el método press check para comprobar la recámara en positivo (sí que hay cartucho en recámara y lo compruebo para estar seguro de ello de día y de noche, con luz y sin luz).
Curioso . . .
Hace poco tiempo que paso exactamente lo mismo con un compañero de mi plantilla.
Este dice que no recuerda nada de lo sucedido y que no se explica que pudo pasar.
Si bien tuvo mas suerte (solo le traspaso la mano izquierda) si comparamos su herida en la mano y la de la foto son idénticas.
Voy a ver si no le parece mal y te la envío.
Un saludo.
Y estoy de acuerdo tanto en el titulo como en la definición.
DESCARGA NEGLIGENTE !!!!
Por que la culpa es solo tuya y no del arma. Estoy arto de leer disparo accidental !!!!
LE PUEDE PASAR A CUALQUIERA !!!!
Es cierto le puede pasar a cualquiera, por mucho método, comprobación o experiencia, TODOS podemos tener un mal día, si no, seriamos maquinas y hasta ellas fallan alguna vez.
Gracias al afectado por su generosidad.
Gracias a él aprendemos todos.
Eso era cierto hace tiempo. Hablo de la Policía Nacional que es lo que conozco. Desde hace bastante tiempo se ha cambiado la munición Santa Bárbara blindada que llevábamos por otras -ya son varias- semiblindadas. En cuanto a las policías locales hay variación, pero los últimos cartuchos que he visto de dotación eran Remington también semiblindados. Creo que la Guardia Civil sigue llevando munición blindada, pero repito ya no es habitual su uso en las F.C.S.E.
el arma en mantenimiento no se opera con cargador colocado ni con municion ni sin municion , fin de la historia , metodo
Tremenda la eficacia del disparo fortuito!!
Murphy cuando se pone a trabajar…
Thanks Aaron for sharing information.
I hope your wounds heal quickly.
Greetings from Spain
Curiosa la sobrepenetración de ese cartucho siendo punta hueca. Es un desgraciado accidente, que duda cabe. Lo cual nos lleva a temer aún mucho mas las consecuencias de la munición blindada de uso en las FAS y las FCSE, peligrosísimas para la función policial.
Un saludo.
Gentelman,
I am Aaron, the guy who shot himself. The bullet entered my hand where the black powder burn is, travelled along my hand. Then as the first picture shows it entered my leg, the second picture shows where it exited my leg. I had my gun in my right hand and had my left palm covering the slide and muzze so I could cycle it.
Stay safe,
Aaron
Hopefully you can translate this. I used google translator to go from spanish to english.
TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL.
Caballeros,
Soy Aaron, el tipo que se disparó a sí mismo.
El proyectil entró en mi mano por donde está lo negro de la pólvora quedamada y la atravesó. A continuación, como se puede ver en la primera imagen, entró en mi pierna. La segunda imagen muestra por dónde salió de mi pierna.
Tenía mi pistola en mi mano derecha y mi palma de la mano izquierda cubriendo la corredera y la boca de fuego de forma que pudiera accionar la corredera.
Cuidaros,
AARON
Con un poco de suerte puedes traducir esto. Yo utilicé el traductor de Google para pasar el artículo del español al inglés.
A veces se nos olvida lo que llevamos entremanos, luego no vale decir «se ha disparado» es universal, los incidentes de descarga accidental deberian de llamarse «de caraja eventual o permanente» dependiendo del operador.
Fuerza!!!
Interesante artículo que viene a demostrar que cuando manejamos nuestras armas, especialmente en momentos sin tensión, debemos poner los cinco sentidos en nuestras acciones. Esto me recuerda a ese conocido dato estadístico de la Jefatura Tráfico que dice que la inmensa mayoría de los accidentes en carretera se producen en vías de segundo orden.
En otro orden de cosas… estoooo….. ¿podría utilizar alguna de las imágenes para ilustrar el Curso? Me interesan particularmente las de los orificios de entrada y salida en la pierna antes de la sutura. Para la explicación de la oportunidad y uso del inyector Celox incluído en nuestro BIC, me viene de perlas.
Muchas gracias de antemano, mi capitán…
Dani.