Tiro Deportivo vs. Tiro Táctico, ¿por qué «vs.»? Por Juan I. Carrión.

Llevo bastante tiempo con ganas de escribir este artículo a raíz de experiencias personales vividas y después de leer y leer en numerosas ocasiones comentarios acerca de «cómo de malo es el Tiro Deportivo para los “tácticos”» (llamo así a todos aquellos que entrenan el Tiro para realizar una función profesional determinada: militares, fuerzas y cuerpos de seguridad, seguridad privada, etc.).

Antes de ponerme a relatar lo que pienso, quiero presentarme a todos los que no me conozcan. Soy miembro de la Guardia Civil, Institución que respeto y a la que estoy orgulloso de pertenecer (aunque reconozca que tiene sus deficiencias). Antes de eso, pertenecí durante casi 4 años a un Grupo de Operaciones Especiales, y tras otros 4 años desempeñando funciones de Seguridad Ciudadana, entré a formar parte de la Unidad de Acción Rural (desde el 2002 hasta ahora). De esos 13 años, 5 han sido como Instructor de Tiro en el Centro de Adiestramientos Especiales (CAE) de la Guardia Civil. En mi bagaje profesional hay tres misiones en el extranjero, dos en Bosnia y una en Afganistán.

He podido adiestrar y entrenar con profesionales de las armas de todos los ámbitos de dentro y fuera de España.

En el campo del Tiro Deportivo (IPSC concretamente), he sido 2 veces Campeón Autonómico en la modalidad de Producción en la Comunidad Foral de Navarra (años 2012 y 2014) y como miembro del Equipo Nacional de Recorridos de Tiro de la Guardia Civil, campeón de España por equipos en el año 2009 y subcampeón en el 2010. Mi ranking absoluto nacional estuvo siempre dentro de los 20 primeros y, aunque a priori no parece mucho, invito a cualquiera que intente estar dentro de esas 20 «bestias». En el Campeonato Nacional Militar de Recorridos de Tiro (años 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012) quedé siempre entre los 5 primeros puestos de la clasificación general individual.

Contar lo que he conseguido es solo con el propósito de dar una base a lo que voy a explicar en los siguientes párrafos y que consiste en tratar, desde mi experiencia personal, de explicar qué a supuesto para mí el Tiro Deportivo, considerándome un «táctico» (véase profesional de las armas) como me considero.

Me inicié en esto del IPSC gracias a un oficial que tenía en mi unidad y que estaba muy interesado en todo tipo de modalidades deportivas «militar/policial», formando un equipo de Tiro Práctico con unos cuantos compañeros. Nos creíamos los mejores del mundo solo por pertenecer a la unidad que pertenecíamos y pensábamos que nos íbamos a comer el mundo solo por nuestra cara bonita, el entrenamiento policial que teníamos y los muchos «relaños» que le íbamos a poner a nuestras tiradas.

Empezamos tirando como invitados a competiciones autonómicas, campeonatos sociales, tiradas de IPA y las competiciones internas de la Guardia Civil y no haciendo un papel precisamente muy encomiable. De ese equipo, dos de nosotros nos «tiramos al barro» e iniciamos nuestra andadura por la competición nacional y fue cuando me dí cuenta de lo que era en realidad el Tiro Deportivo de alta competición. Ver como un fontanero (qué grande eres Pablo) o un chaval que se dedica a la mensajería, te mete una pasada de tiempo y puntos en una competición a mi, que me consideraba «la-súper-élite-del-mundo-mundial», lo primero que hace es darte una cura de humildad que creo que es lo que más me ha ayudado para llegar al nivel que tengo actualmente (y que puedo asegurar que no es nada malo). ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo pueden ir tan rápido si yo corro que me las pelo? Y ahí comenzó el largo camino de aprendizaje.

Poco a poco, entrenando mucho, dejándome llevar por los consejos de los grandes de España, estudiando lo que hacían los grandes de fuera, fui alcanzando un nivel lo suficientemente aceptable como para pertenecer al Equipo Nacional de Recorridos de Tiro de la Guardia Civil, donde estuve unos años con un personal que a nivel del Tiro Deportivo nacional estaba y está en el «Top Ten». Y empecé a cosechar los mejores resultados tanto a nivel particular como por equipo. Adapté mi equipo a la competición, empecé a recargar munición buscando la mejor optimización, cambié mi técnica de tiro…

Empecé a trasladar lo que aprendía de la competición al ámbito profesional y el primer gran cambio fue la postura de tiro. Entrenado como «chico Weaver» y viendo qué resultados daba en el Tiro Práctico, tardé un año en cambiarla por «isósceles moderna». Primera gran cosa que me dio el Tiro Deportivo. Posteriormente se escribió sobre lo de que «enfrentarse al blanco es una reacción natural del cuerpo», lo de que «con esta posición ofreces al blanco la parte más resistente de tu chaleco antibalas» y cosas así, pero yo lo hice por ser más dinámico y eficiente en mi tiro.

La segunda, la rápida adquisición de las miras sobre el objetivo. Aprendí a disparar a blancos en el mismo tiempo (o menor) al que lo hacía antes pero con una efectividad mucho mayor al aprender a tomar las miras rápidamente y acompañarlo con un control del disparador adecuado. Pertrechado con chaleco antibalas, realizaba ejercicios de desenfundar, montar el arma y disparar en menos de 2 segundos a blancos a 8 m. La gran diferencia es que antes solo buscaba que entraran en el blanco, pero con entrenamiento conseguí que entren dentro de la «A» en el mismo tiempo.

La tercera, aprendí a luchar contra el estrés. El estrés de la competición es altísimo. Incluso dentro del Equipo Nacional, la competitividad que hay entre cada elemento es tan alta que te presiona tremendamente antes de pitido de inicio del ejercicio. Jeff Cooper escribió que el miedo a la derrota es comparable al miedo a la muerte. Yo no he tenido la buena/mala suerte de encontrarme en una situación donde de verdad sintiera que iba a morir, pero sí he estado presionado muchas veces tanto en lo profesional como lo deportivo, y puedo decir que he aprendido a gestionar ese estrés. Competir queriendo alcanzar unos objetivos desafiantes te presiona antes de cada tirada. Competir detrás de un tirador mejor que tú… te presiona. Ir a comenzar un ejercicio y que todo el mundo se calle para ver cómo lo haces… te presiona… ¡y mucho! Toda esa presión acelera tus pulsaciones, incrementa tu respiración, hace que suden tus manos, tus pies parecen de plomo, enlentece tu velocidad de tomar decisiones sobre tu plan de actuación en un ejercicio, … El estrés es el estrés, da lo mismo el origen, al final provoca unas reacciones fisiológicas que tienes que capear.

En numerosas ocasiones en el CAE me ha tocado demostrar una técnica delante de un grupo de alumnos o de otros instructores. En principio, hay gente que esa situación le genera tanto estrés por el «ahora no vaya a fastidiarla» que precisamente es lo que le lleva al fallo. Creo que la competición me ha dado la confianza para poder hacer esa demostración confiando en mi técnica y sin fallos (aunque algunas veces ocurran). Por cierto, no comparto para nada aquello de que «el instructor no debe disparar delante de los alumnos» (cosas de la «vieja» escuela).

La competición me ha dado muchas cosas más, entre ellas disparar desde situaciones o condiciones que no había realizado anteriormente en mi vida: manos mojadas, dentro del un tubo, subido a una bici, en una tabla inestable, por un agujero a 20 cm del suelo, a blancos móviles de todas las formas y velocidades posibles… También me ha enseñado a planificar una actuación a partir de una situación dada. Lo que muchos critican del Tiro Práctico y que consiste en visualizar el ejercicio con anterioridad, yo lo considero una ventaja puesto que enseña a mi cerebro a desarrollar un plan con lo que se le presenta ante mis ojos y como dijo un sabio «en una situación donde peligra tu vida, mejor ten un plan de cómo vas a salir de ella».

En mi carrera profesional, me ha tocado «lidiar» con personal que se mostraba reacio a lo que yo proponía solo porque «olía» a tiro deportivo. Muchas Unidades militares y policiales del mundo han contratado los servicios de personal del ámbito deportivo para mejorar en sus capacidades. Todd Jarret, Bian Enos, Rob Leatham son tiradores mundialmente reconocidos que han ayudado a que profesionales mejoren su TÉCNICA de tiro (no creo que a los Delta Force se les ocurra preguntarles cómo se franquea una puerta). Está en el profesional, el aprovechar las ventajas técnicas que ofrecen los tiradores deportivos para su desarrollo como tiradores «tácticos».

Una de las grandes peleas ha sido la Weaver frente a al isósceles moderna. Me ha tocado bajar a realizar muchas sesiones de tiro en la galería demostrando ventajas de la segunda frente a la primera para que los detractores dieran su brazo a torcer, pero eso solo ha pasado con aquellos que estaban dispuestos a que se lo demostrase. Este país es uno de los mejores en criticar sin dar argumentos sólidos o demostrables, solo con el «no me gusta» ya vale. Para decir «no» hay que probar con una base mínima de entrenamiento que de verdad no vale, y lo que más importa, ser humilde y de mente abierta (dejando el ego de «la-súper-élite-del-mundo-mundial» a un lado). Tener espíritu crítico y ganas de mejorar ayuda también mucho.

El empleo del seguro manual en las armas largas es mi nueva lucha. Seguimos en ello.

Y ahora vamos con la otra parte, ¿qué no te da la competición? La competición no te da la táctica de combate. El que piense que por hacer IPSC le va a enseñar a resolver una situación táctica tal y como se hace en la competición está muy lejos de la realidad. Y el que vea a un tirador compitiendo y juzgue lo «táctico» que es por cómo lo resuelve, está más equivocado aún. En IPSC no se utilizan parapetos si no es obligado hacerlo, se cambian los cargadores conforme mejor venga al tirador sin tener en cuenta cuánta munición quede en aquél, se resuelven las tarjetas según conveniencia del tirador buscando la velocidad y no cuál es más peligrosa según su cercanía, si el tirador tiene que correr hacia atrás, el cañón tiene que estar apuntando al espaldón… El IPSC es un deporte, y como tal debe tomarse. Pero ¿acaso un policía que corre maratones en su tiempo libre, no correrá mucho aún si va de uniforme? Tal vez correrá menos que con zapatillas y pantalón corto, pero correrá más que si no entrenara ese deporte habitualmente.

Y lo repito de nuevo, el IPSC es un deporte derivado de una forma de lucha, como lo es el kárate, el taekwondo, el judo, el MMA en sus versiones de competición, todos tienen reglas para hacerlo «seguro» y evitar daños al deportista o a terceros. No creo que un luchador de MMA en una pelea por su vida en la calle, le vaya a preocupar agarrar y romper los dedos de su adversario (cosa que no puede hacer en competición), o se vaya a poner a quitarse los pantalones porque está acostumbrado a luchar así en la jaula. Si por el contrario, al verlo competir y respetar unas reglas marcadas, pensamos que en la calle no va a ser capaz de hacerlo, estamos infravalorando a esa persona quedándonos solamente con una pequeña parte de sus capacidades

Es un tremendo error juzgar a un deportista como un mejor o peor guerrero por lo que hace en su deporte, eso se demuestra cuando llega la situación real.

En mi vida profesional hubo algunos aspectos de la competición que me influyeron negativamente y por lo tanto decidí apartarlos. Determinadas manipulaciones del arma, disparar con munición recargada, el empleo de fundas de competición fueron aspectos que me provocaban errores en mi empleo profesional de las armas pero que al descartarlos en la competición hicieron que mi rendimiento deportivo decreciera y ahí es cuando viene la gran pregunta ¿Tiro Deportivo como fin o como medio? ¿Quiero ser bueno en IPSC o quiero ser un buen «táctico»? Porque lo que es imposible es enseñar a hacer al cuerpo cosas diferentes cada vez… y lo intenté, de veras. Tomar la decisión de enfocarme en lo «táctico» me llevó a una bajada de rendimiento competitivo que me hizo que por decisión personal, abandonara el Equipo Nacional y las tiradas del ranking nacional. El IPSC como fin (querer ganar sí o sí) necesita de un material y entrenamiento específicos que como he relatado antes interfiere en mi concepto de cómo debe actuar un profesional de las armas.

En mi concepto como profesional de las armas, le doy un 60% de mi Técnica de Tiro al Tiro Deportivo. Me ha enseñado a tirar rápido, a moverme rápido, a ser muy preciso, a reaccionar rápidamente a lo imprevisto en la manipulación con armas, a educar mi dedo índice para que funcione a la velocidad que le dictan las miras de mi pistola, en otras palabras el Tiro Deportivo me ha enseñado a ser mejor profesional puesto que he aprendido a utilizar mi arma con mucha mayor eficiencia (máximos resultados con menor esfuerzo) que antes de practicarlo.

Mi recomendación para todos los profesionales de las armas es que compitan, que se prueben frente a otros, que vean a otros tirar, que sean humildes y pregunten porqué los otros tiradores hacen las cosas que hacen. Lo mismo se encuentran con que lo que llevan haciendo toda la vida no es tan bueno como pensaban. Pero también recomiendo que compitan con la mentalidad de que es un medio, no el fin.

Gracias por el tiempo que han dedicado a leer este artículo. No es doctrina, es solo experiencia personal y opiniones personales que espero que a alguno le sirva de ayuda.

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