Recargas [reloads], o cambios de cargador, con fusil. Por Kyle Defoor.

Como viene siendo habitual, Trigger Time TV nos presenta otro breve vídeo didáctico, en el que Kyle Defoor ─de Defoor Proformance─, maestro en el combate con armas de fuego, nos ofrece sus enseñanzas. En esta ocasión se trata de las recargas, o cambios de cargador, con fusil.

La «manipulación» del arma constituye uno de los pilares fundamentales del combate con armas de fuego, junto con la puntería, las tácticas y la mentalidad. La acción de recargar, o cambiar de cargador, se incluye en el pilar fundamental de la «manipulación» del arma y, por tanto, resulta imprescindible para poder llegar a combatir con eficacia.


En primer lugar, Kyle llama la atención sobre la correa portafusil, haciendo hincapié en que esté bien ajustada para poder llevar el fusil hasta la posición en la que realizar la recarga. En este caso, Kyle opta por llevarse el fusil al costado, con la boca de fuego hacia arriba, de forma parecida a cómo lo hace para correr con el fusil.

Otra cuestión a tener en cuenta antes de abordar las recargas, tal y como explica Kyle, es la forma de portar los cargadores. Existen muchas posibilidades. Según la situación y las circunstancias, el cargador podrá ir en el bolsillo trasero del pantalón, en un bolsillo portacargador montado en el cinturón, o en un bolsillo portacargador montado en el chaleco blindado, en el portaplacas o en el atalaje de pecho (más habitual en personal militar). Hay muchos tipos de bolsillos portacargadores, cada uno con sus ventajas e inconvenientes. De todos ellos, los que van provistos de una solapa con velcro, que cubre el cargador y lo retiene en su posición, resultan los menos recomendables, porque van a ralentizar las recargas, ya que antes de extraer el cargador del bolsillo portacargador hay que retirar la solapa.

También es sumamente importante prestar atención a cómo se dispone el cargador dentro del bolsillo portacargador, de forma que al extraerlo sea sencillo introducirlo en el sentido correcto en el brocal del cargador. Generalmente, cuando el cargador se encuentra dentro de su bolsillo, los cartuchos apuntan hacia la mano de apoyo (la izquierda en el caso de una persona diestra), aunque «tu método puede variar».

Como nos explica Defoor en el vídeo, cuando trata con militares suelen abundar los bolsillos portacargadores de solapa con velcro, por lo que les concede 5 segundos como tiempo estándar para realizar una recarga, o cambio de cargador.

Para cronometrar una recarga:

  1. Se introduce un cargador con munición en el brocal del cargador.
  2. Se monta el arma, de tal forma que se introduzca un cartucho en la recámara.
  3. Se extrae ese cargador,  que todavía contiene munición, y se guarda en el bolsillo portacargador más inmediato para realizar una recarga rápida.
  4. Se introduce un cargador vacío en el brocal del cargador.
  5. Se inicia el cronómetro de tiro.
  6. Tras escuchar la pitada, se realiza un disparo.
  7. El cierre queda retenido atrás porque el cargador está vacío.
  8. Se realiza una recarga rápida.
  9. Se realiza un disparo.

Con esta secuencia el cronómetro de tiro registra el tiempo que transcurre entre la pitada y el primer disparo, y entre el primer y el segundo disparo, que será el tiempo de la recarga rápida. Para reiniciar el ejercicio solo hay que repetir el proceso, teniendo en cuenta que ya habrá un cartucho en recámara.

La técnica más eficaz para recargar, o cambiar de cargador, vendrá determinada por un menor tiempo de ejecución. Depurar la técnica consiste en eliminar toda acción innecesaria y reducir cualquier movimiento a la mínima expresión, de tal forma que se pueda realizar la recarga en el menor tiempo posible.

Para ello, Kyle aboga por presionar el botón de la retenida del cargador en cuanto la recámara se queda abierta, tras agotar la munición del cargador y disparar el último cartucho, sin perder tiempo acercándose el fusil al pecho. De esta forma, mientras el fusil todavía está horizontal, apuntando hacia el blanco o la amenaza, el cargador caerá libremente por el mero efecto de la gravedad. En el caso de acercarse el fusil al pecho, cuando se presione la retenida del cargador, el fusil estará ligeramente vertical y no será tan fácil que el cargador caiga libremente, lo cual nos obligará a perder tiempo tirando de él para extraerlo.

Defoor explica algunos aspectos importantes a tener en cuenta durante la recarga. Al introducir el cargador con munición, hay que empujarlo en el brocal del cargador hasta que esté bien asentado, y tirar de él hacia afuera para comprobarlo. Esto es lo que Pat Rogers ─y algunos otros─ llaman «empujar y tirar» [Push Pull].

No se debe golpear la base del cargador, como muchos hacen, porque podría saltar el primer cartucho y provocar una interrupción de tipo 3 (doble alimentación).

Tampoco utilices la palma de la mano para pulsar la retenida del cierre y que el cierre vaya hacia delante, sencillamente porque vas a tener que hacerlo dos veces, tras fallar la primera. Me resulta curioso que Defoor destaque la importancia de no seguir la tendencia de golpear la retenida del cierre con la palma de la mano, porque se trata de algo que se puede ver habitualmente. Creo que no es difícil darse cuenta del problema que supone intentar acertar con la palma de la mano sobre algo tan pequeño como la retenida del cierre. Basta probarlo.

Esto se aprende el primer día que compruebas que efectivamente pasa. Hubo una época en la que practicaba con un fusil tipo AR15 en calibre .22 LR. Desde el primer momento opté por utilizar el pulgar para presionar la palanca de retenida del cierre, tras comprobar que no lograba acertar al intentarlo con la palma de la mano, como había visto hacer a otros. Según parece, la palanca de la retenida del cierre del AR15 está diseñada para presionarla con el pulgar. Se trata de eficacia, y no de lo que mola más, así que mejor acertar a la primera con el pulgar que no intentar acertar con toda la palma de la mano, por muy chulo que quede en las películas. Va a ser difícil que te encuentres a alguien que sepa del tema utilizando la palma de la mano para pulsar un botón diseñado para pulsarse con el pulgar.

Ante la posibilidad de fallar incluso con el pulgar, hay quien opta por tirar directamente de la palanca de montar, como en el caso de Jeff Gonzales. Quizás se pierda algo más de tiempo, pero se obtiene la garantía de que el cierre irá hacia delante a la primera, sin tener que perder tiempo en el caso de fallar. Jeff Gonzales también es de los que enseña a tirar del cargador, en lugar de dejarlo caer libremente, para asegurarse que no se quede enganchado. Observa cómo lo hace el primer tirador que se puede ver en el siguiente vídeo.

Kyle también nos explica brevemente cómo aprovechar una cubierta o parapeto al hacer una recarga, o cambio de cargador. En su opinión, no siempre es necesario aprovechar la cubierta mientras se realiza la recarga, sino que se trata de aplicar lo que llama «la regla del 50%». Si se trata de una única amenaza, mantiene la mirada fija en la amenaza mientras realiza la recarga rápida, y continúa batiendo la amenaza. Si se trata de más de una amenaza, o no tiene claro si puede resolver la situación inmediatamente, realiza la recarga rápida tras la cubierta o parapeto, y se asoma desde otra posición, desde el otro lado de la cubierta o parapeto (de ahí lo de llamarlo la regla del 50%, una vez desde un lado, otra vez desde el otro lado).

Por último, Defoor nos explica lo que es una recarga táctica, y la diferencia respecto a una recarga rápida.

La recarga rápida se realiza de forma inmediata, como su propio nombre indica, cuando se agota la munición en el arma. Normalmente el cierre queda retenido atrás, lo cual nos indica que el arma está vacía, sin munición. Si te quedas sin munición en el arma es porque estás batiendo una amenaza, y puede que tengas que continuar batiéndola inmediatamente, así que necesitas disponer a la mayor brevedad posible de un cargador con munición en el arma. El cargador vacío se desecha inicialmente, porque está vacío y así carece de utilidad. No tendría sentido perder unas preciosas décimas de segundo frente a una amenaza intentando guardar un cargador vacío.

La recarga táctica se realiza cuando se tiene la oportunidad y no cuando se está batiendo una amenaza. La oportunidad viene determinada por una pausa en el combate. Previamente se habrán realizado varios disparos, no sabemos cuántos, por lo que tenemos un cargador parcialmente agotado en el arma. No sabemos lo que viene después, así que mejor disponer de un cargador completo en el arma, que no un cargador parcialmente agotado, que podría no contener munición suficiente para un próximo enfrentamiento. En este caso, no desechamos el cargador parcialmente agotado, sino que lo guardamos porque conserva un gran valor y podríamos necesitarlo más tarde. Puesto que la recarga táctica se realiza durante una pausa en el combate, disponemos de cierto tiempo para, con relativa calma, meter el cargador parcialmente agotado en el «bolsillo vertedero» [dump pouch], por ejemplo, de forma que no se mezcle con los cargadores llenos. Cuando los cargadores parcialmente agotamos se vayan acumulando, llegará un momento en el que habrá que consolidar la munición, es decir, rellenar unos cargadores parcialmente agotados con la munición de otros cargadores parcialmente agotados.

Aunque el vídeo se refiere al fusil, los tipos de recargas, o cambios de cargador, con pistola se definen del mismo modo.

La forma de realizar la recarga táctica sin necesidad de perder tiempo retirando y guardando primero el cargador parcialmente agotado, antes de introducir el cargador lleno, consiste en hacer ambas cosas a la vez, tal y como se puede ver en el vídeo. Resulta más difícil explicarlo con palabras que con imágenes.

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¡Ale! ¡a recargar!

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