Si portas una pistola oculta por seguridad, ¿tus instintos ponen en peligro a tus hijos? Por Greg Ellifritz.

Hace unas semanas, uno de nuestros seguidores desde Guatemala, nos pidió algunos consejos o recomendaciones que explicarles a nuestros «familiares o acompañantes no armados cuando uno es un portador de armas legal». Enseguida se nos vino a la mente Greg Ellifritz, por lo prolífico que es a la hora de crear contenidos de calidad para su página Active Response Training. Así que nos pusimos en contacto con él, una vez más, para preguntarle por alguno de sus fantásticos artículos sobre este asunto. Ni corto ni perezoso nos remitió a uno de sus artículos, que expresamente nos autorizó a traducir al español y reproducir aquí. Así que aquí lo tenéis, tanto Hugo como nuestros más fieles seguidores.

 


 

¿Tus instintos ponen en peligro a tus hijos?

Escrito por Greg Ellifritz y traducido con su autorización por Jorge Tierno Rey, para El Blog de Tiro Táctico. Publicado el 26 de mayo de 2021.

 

Hace poco en mi ciudad, un hombre que llevaba a su bebé en la silla para meterlo en el coche fue abordado por un atracador a mano armada. El atracador le pidió a su víctima que le entregara la cartera. La víctima apoyó en el suelo la silla del coche con su bebé y se arrodilló delante para proteger a su bebé, mientras seguía las instrucciones del atracador.

El atracador le quitó la cartera y escapó corriendo. La víctima, con licencia para portar un arma oculta, aprovechó el momento para desenfundar la pistola por si volvía el atracador.  Cuando el atracador escapaba, se giró y apuntó con el arma a su víctima. La víctima realizó un disparo, que alcanzó al atracador.

La víctima le dio la vuelta a la tortilla, y al hacerlo, protegió a su bebé de sufrir ningún daño, ¿o no?

Esta situación me dejó pensando cómo los padres intentan instintivamente proteger a sus hijos ante cualquier amenaza. Puede que algunas veces no sea una mala opción, pero, en algunas ocasiones, podría ser mortal.

Si el atracador en la situación descrita anteriormente respondiera al disparo de su víctima, ¿dónde crees que iría la bala? Si dispara a la víctima, y la víctima está protegiendo a un crío, entonces las balas van a pasar cerca del crío al que precisamente intenta proteger. Eso no es nada bueno. Por muy difícil que parezca, creo que lo mejor que podría haber hecho la víctima era crear cierta distancia entre él y su hijo. ¿Cuántos padres han pensado en esa táctica?

Encontrarte rodeado de amigos y familiares, que no portan un arma, forma parte de la vida diaria de la mayoría de nosotros, que solemos llevar un arma encima. ¿Alguna vez le has explicado a tus amigos, hijos o pareja qué hacer si os atracan o pretenden agrediros? Posiblemente cada persona explique cosas diferentes, pero, a continuación, tienes algunos aspectos a tener en cuenta.

A mis familiares y amigos les explico que, en caso que nos atraquen o pretendan agredirnos, tienen que quedarse callados y hacer exactamente lo que yo les diga. Mi objetivo será ponerlos a salvo antes de enfrentarme a ninguna amenaza, si es posible. Si los acontecimientos se desarrollan demasiado rápido como para tener la oportunidad de decirles qué hacer, ya les he dado instrucciones para que se alejen de mi todo lo posible en cuanto desenfunde la pistola.

Explícales a tus familiares y amigos qué es cubierta y ocultación (qué materiales pueden protegerles frente a balas y cuáles no). En el caso que tengas que desenfundar la pistola, explícales a tus familiares y amigos que tienen que alejarse de ti, ponerse a cubierto y llamar a la Policía. Enséñales cómo facilitar tu descripción (género/edad/vestimenta) a la Policía, y que le digan que tienes licencia para portar un arma oculta. No querrás que los policías que acudan a la llamada te confundan con el atracador o agresor y te disparen.

La mejor cubierta disponible de un coche es el bloque del motor o el eje de las ruedas. Mantener una distancia de un brazo respecto a la cubierta utilizada proporciona la mejor protección.

Tus acompañantes también tienen que saber que no pueden salir de la cubierta para acercarse a tu cuerpo si te disparan. Que sepan, que te podrías estar haciendo el muerto para distraer al atracador o agresor, o desviar su atención hacia otra parte. Que alguno de tus familiares o amigos abandone la protección de una cubierta para ir corriendo hasta tu cuerpo aparentemente sin vida, no hará más que exponerle innecesariamente al peligro. Puede que sea difícil para tus familiares y amigos ignorar el hecho que puede que estés gravemente herido, pero lo mejor que pueden hacer es mantenerse a salvo, para que no tengas que preocuparte por ellos, además de tu amenaza.

Explicarle estos conceptos a un niño pequeño puede ser especialmente difícil. Los niños pequeños ya suelen tener problemas para obedecer órdenes en las mejores condiciones, imagínate cuando se enfrentan al miedo que alguien pueda matar a sus padres.

Te sugiero que empieces a trabajar esta idea con tus hijos desde pequeños. Primero, enséñales qué es la conciencia de la situación. Un amigo mío juega con sus dos hijos pequeños a un juego llamado veo, veo. Puede que hayas jugado cuando eras pequeño. Uno de los participantes empieza diciendo «veo, veo», a lo que otro participante le pregunta «¿qué ves?». El primero le responde «una cosita», y el otro le vuelve a preguntar «¿qué cosa es?». Entonces el primero da una pista, tal como «empieza por…», o «es de color…». El otro participante tiene que adivinar qué «ve» el primero.

Mi amigo modifica el juego con sus hijos pequeños de forma que solo se pueden ver personas, en lugar de cosas o animales. Él juega al «veo, veo» con sus hijos en lugares públicos, cuando se podrían distraer con otras cosas (como meter la compra en el coche o acomodar a su hija más pequeña en la silla del coche). Lo cierto es que consigue que sus hijos sean más conscientes de su entorno y le sirvan como un par de ojos adicionales cuando está ocupado haciendo otras cosas. Si sus hijos dicen, «veo a un hombre con un arma», sabe que tiene que actuar rápido.

Además, te sugiero que establezcas una palabra clave con tus hijos. A mi me gusta usar la palabra clave «emergencia». Explícales a tus hijos que cuando mamá o papá digan la palabra clave, tienen que obedecer sin rechistar. No se admiten quejas, discusiones, ni la más mínima duda.

Haz alguna prueba en lugares públicos usando la palabra clave y recompensa a tus hijos cuando lo hagan bien. Practica gritando frases selectivas como: «¡emergencia! ¡corriendo al coche!» o «¡emergencia! ¡salid de casa!» para que adquieran la costumbre de seguir las órdenes inmediatamente.

Tus hijos no necesitan saber demasiados detalles explícitos sobre lo que está pasando. Dales explicaciones sencillas, sin asustarles. Los niños están acostumbrados a realizar simulacros de incendio y de tornado en el colegio y no se asustan por ello. Plantéales el contexto que se trata de un simulacro, como el de incendio en el colegio. Incluso puedes planteárselo como un juego similar a «Simon dice», si crees que cualquier otra cosa podría asustarles.

Los padres tienen una reacción casi instintiva de proteger a sus hijos frente a cualquier peligro o amenaza, tanto figurada como literalmente. En sentido físico, esta reacción de protección puede exponer involuntariamente a tus hijos a un riesgo mayor. ¿Has pensado alguna vez qué harías si estuvieras con tu hijo pequeño en una tienda y empezara un atraco?

Si es así, supongo que no desenfundarías la pistola y te arriesgarías a poner a tu hijo en mitad de un tiroteo, a no ser que pensaras que posiblemente fueran a matar a alguien. Esa idea es buena. Pero, vete un paso más allá. ¿Exactamente en qué posición te situarías en la tienda respecto al atracador y tu hijo? Si eres como la mayoría de padres, seguro que pondrías a tu hijo detrás, de forma que tu cuerpo pudiera servir de escudo entre el niño y el atracador. Puede que esa no sea la mejor línea de acción.  Piensa en la situación del atraco del principio de este artículo.

Enseña a tu hijo a alejarse de ti si alguna vez tienes que desenfundar el arma.

Como prueba, desarrollé un supuesto para un curso que impartí en una ocasión en el Tactical Defense Institute [Instituto de Defensa Táctica] (www.TDIOHIO.com). El curso se llamaba F.I.S.T. (Final Intensive Scenario Training [entrenamiento de supuesto intensivo final]). El curso solo está abierto a alumnos que hayan completado los seis niveles del programa de formación con pistola de TDI. Consiste en un fin de semana de entrenamiento de supuestos, donde los alumnos pueden poner a prueba sus habilidades bajo el estrés de interactuar con figurantes vivos. Tanto las armas de los malos, como las de los alumnos, disparan cartuchos de munición marcadora especial a base de pintura. Todos los alumnos del curso estaban muy bien entrenados y eran competentes, tanto a nivel tiro como a nivel táctico. La mayoría habían realizado cursos en múltiples escuelas de tiro, además de en TDI.

En el supuesto que llevé a cabo, los alumnos son introducidos en mitad de un atraco en una tienda. Hay dos atracadores armados y varios compradores inocentes en un espacio relativamente pequeño. Los alumnos también cuentan con un figurante (un niño de 10 años), que hace las veces de su hijo. El atraco se inicia cuando el alumno y su hijo están mirando los artículos de una estantería.

Los atracadores desenfundan la pistola y ordenan a todo el mundo que levante las manos. En cuanto ven que todo el mundo levanta las manos, uno de los atracadores se va a por el dinero de la caja, mientras el otro vigila que nadie oponga resistencia.

Para hacer las cosas interesantes, el hijo del alumno empieza a gritar: «¡Papi, tú llevas una pistola! ¡Dispárale, dispárale!» Ese hecho inesperado pone a los alumnos ante un enorme desafío. En la vida real, ese tipo de cosas posiblemente supondría la muerte del alumno.

Si te dan, dile a tu hijo que no se acerque a tu cuerpo. Podrías estar haciéndote el muerto, para alejar los disparos de él, o preparándote para una emboscada.

Durante el supuesto, después de callar a su hijo, los alumnos generalmente se movían a una posición desde la que hacer de escudo al niño. El padre se situaba delante del niño para protegerlo de lo que estaba pasando. Era prácticamente un acto reflejo de todos los alumnos que eran padres en la realidad. Incluso los alumnos que no eran padres en la realidad también protegían al niño figurante con sus propios cuerpos. Esa estrategia no les funcionó demasiado bien a muchos alumnos, o al niño que pretendían proteger.

Después de ponerse como escudo delante de su hijo, algunos alumnos desenfundaban la pistola y se enfrentaban a los atracadores. Mala idea. Verse implicado en un tiroteo cuando tu hijo te acompaña ha de ser tu ultimísimo recurso. No desenfundes la pistola a no ser que tú o alguien que te importa pueda acabar muerto. Evitar que se lleven el dinero de la tienda o detener a un atracador no vale la vida de tu hijo, ni la tuya.

Si decides desenfundar la pistola porque crees que si no te van a matar, ¿de verdad te parece una buena idea tener a tu hijo justo detrás? ¿Dónde crees que van a acabar las balas del malo? Cuando te ves implicado en un tiroteo, tienes que asumir que el malo va a dispararte. Con balas volando hacia ti, casi que tu hijo va a estar más seguro en cualquier otra parte que no sea cerca de ti, mucho menos detrás. El acto de ponerse como escudo humano, que tan buen resultado da en un altercado físico, puede ser potencialmente fatal para tus hijos si se trata de un tiroteo. Haz que tus hijos se alejen de ti si desenfundas la pistola.

Di la palabra «emergencia» y ordénales que salgan corriendo de la tienda. Incluso es preferible ordenarles que se agachen detrás de un mostrador, o que se tiren al suelo, antes que tenerlos de pie a tu lado, o detrás de ti.

Enseñar a tu hijo a usar la pistola (cuando sea lo suficientemente mayor) puede proporcionarle las habilidades necesarias para salvar tanto su vida como la tuya.

Ten presente que tus hijos se pueden quedar paralizados bajo los efectos del estrés. Si no hacen lo que les has enseñado, es tu responsabilidad alejarte y apartar los disparos de donde están ellos. ¡Ahí es donde de verdad saldrá a relucir toda la práctica que tengas de fuego en movimiento!

Si llevas un arma de fuego encima, dedícale tiempo a explicarles las opciones de respuesta a tus familiares y amigos. Explícales que cuando desenfundes la pistola, tienen que seguir tus instrucciones inmediatamente. Diles a tus hijos, y a cualquier otro miembro de la familia, que, si no les dices qué hacer, tienen que alejarse de ti todo lo que puedan, buscar una cubierta y llamar a la Policía. Haz simulacros similares al de la palabra de emergencia del que hablamos anteriormente, con un arma de entrenamiento en un lugar privado.

Es un plan sencillo.

Cuando mi pistola salga de la funda, o diga la palabra «emergencia», hacéis exactamente lo que yo diga. Si no os digo qué hacer, alejaros de mi todo lo que podáis.

Este tipo de planeamiento previo puede salvarte la vida y evitar una potencial tragedia.

.