¿Qué llevo en un IFAK? Por Juan I. Carrión.

Hola a todos. Hace ya algún tiempo que traduje y publiqué en este blog un artículo de Joshua Vanderbinck sobre qué era un IFAK y cuál es su diferencia con un botiquín de primeros auxilios. Recomiendo que lo volváis a leer. Desde ese día hasta ahora, la proliferación de cursos y de gente entrenada en la denominada Medicina Táctica, ha llevado a que me hayan preguntado en numerosas ocasiones, si el IFAK de la marca tal o cuál es bueno, o qué material deberían llevar en uno confeccionado a gusto del usuario.

 

Mi respuesta empieza siempre de la misma manera «¿qué formación has recibido?». Creo que es la que todo el mundo debería hacerse, en el momento que decida dotarse con material para su equipo. Vamos a ver si lo dejo claro, antes de comprar nada ¡necesitas formación en este campo!, el material de un IFAK y los procedimientos que se pueden realizar con el mismo no pueden, ni deben hacerse sin entrenamiento. Es un material diseñado para ser sencillo de usar, pero necesita entrenamiento. Es un material diseñado para reducir los daños colaterales por su uso, pero los puede haber si no se sabe lo que se hace, y pueden ser muy serios. En definitiva, no puede, ni debe utilizarse el material de un IFAK sin el entrenamiento necesario.

Segunda pregunta que hago «¿cuál es tu nivel competencial?», o dicho de otra manera ¿tú, qué eres profesionalmente?». No es lo mismo que el IFAK sea adquirido por un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que por un profesional sanitario, que por un civil, sin más deber e intención que el de estar protegido personalmente.

 

Me explico, que un IFAK lleve una aguja de descompresión torácica para combatir el Neumotórax a Tensión y que un agente de la Ley haya recibido la formación sobre su empleo,no quiere decir que esté autorizado a emplearlo en su ámbito competencial, por lo menos en España. Hay que ser realistas, determinados procedimientos necesitan de un conocimiento médico avanzado, que está más allá de un curso de 18, 30 o 40 horas. Se puede saber realizar el procedimiento mecánico, pero los fundamentos médicos y la responsabilidad de hacerlo, no se adquieren tan rápidamente. Es más, necesita de un aval legal que te respalde en caso de que las cosas salgan mal, y, a veces, las cosas salen mal, por mucho empeño que pongamos en que no sea así.

Por lo tanto, se deberían buscar o configurar los IFAKs de acuerdo a las capacidades competenciales y respaldo legal que tenga cada persona. «¿Y cómo sé eso?», podría estar pensando alguno ahora mismo. Pues bien, como norma general, civiles y miembros de las Fuerzas del Orden (incluyo a Vigilantes de Seguridad, escoltas privados, etc.) están amparados por los procedimientos que se recogen en las Directrices del Consejo Europeo de Resucitación del año 2015, en donde se reflejan los procedimientos que una persona no profesional sanitario puede realizar para socorrer a otra cuya vida se encuentra en peligro.

De modo general incluye:

  • El empleo de torniquetes para las hemorragias de riesgo vital que no sean controlables de otra manera, o en situaciones de múltiples víctimas.
  • El empleo del empaquetado profundo con o sin vendajes hemostáticos, junto con los vendajes compresivos para el control de hemorragias de riesgo vital.
  • El manejo de la vía aérea con métodos manuales en personas que la tengan comprometida.
  • El uso de la posición lateral de seguridad.
  • La reanimación cardiopulmonar en personas en parada cardiorrespiratoria.
  • La inmovilización de fracturas con férulas.
  • El tratamiento de quemaduras por enfriamiento con agua y vendaje suave.

Recomiendo la lectura de dichas directrices para un conocimiento más profundo del tema.

Pues entonces, visto lo visto, ¿qué habría que llevar en un IFAK si no somos personal profesional sanitario? Tan sencillo como ¡CONTROL DE SANGRADOS, CONTROL DESANGRADOS, CONTROL DE SANGRADOS!… La principal causa de muerte evitable en situaciones de ataques terroristas, agresiones con arma blanca o de fuego, accidentes con armas de fuego, etc., es la hemorragia exanguinante. Por lo tanto, lleva material enfocado al control de estos sangrados: torniquete/s, vendajes compresivos, vendas hemostáticas o normales sobre todo, y luego es recomendable guantes de nitrilo, tijeras de trauma para poder cortar la ropa, mantas de emergencia (aluminio) para combatir la hipotermia y rotulador indeleble. ¿Cuánto de cada?, al menos 1 de cada elemento arriba mencionado. Si quieres llevar más, depende de ti, nunca sobra de este material cuando las cosas vienen mal dadas.

No te compliques la existencia con parches torácicos, agujas de descompresión, cánulas nasofaríngeas, son elementos que está bien tener, pero que en el ámbito urbano en el que nos movemos, tienen poca importancia. Aparte que necesitan un entrenamiento mayor y en algunos casos, como la aguja de descompresión, ni siquiera estar entrenados concienzudamente, nos da respaldo legal para usarla como personal no sanitario.

Recordad, que como en otros aspectos de la vida, a veces «menos, es más».

Un saludo.

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