Antes odiaba las armas. Por Ralph Mroz.

El amigo Ralph Mroz escribió lo siguiente en su libro Defensive Shooting for Real-Life Encounters [Tiro Defensivo para Enfrentamientos en la Vida Real]:

Antes odiaba las armas (no, no estoy de broma). En mi cabeza eso era para paletos vagos y gordos sin la ambición o la autodisciplina para sudar en el tatami. Entonces, un día, después de unos 10 años en el mundo de las artes marciales, tuve una sincera conversación conmigo mismo:

«Vale, llevas 10 años entrenando. Tienes una pelea con alguien sin mucho entrenamiento o experiencia. ¿Cuáles son tus posibilidades?»

«Bastante buenas.»

«Bien. Ahora el tipo tiene entrenamiento y/o experiencia. ¿Cuáles son tus posibilidades entonces?»

«¿50/50?»

«Bastante ajustado. Ahora son dos, ambos sin entrenamiento, pero grandes. ¿Mis posibilidades?»

«Para serte sincero, no tengo ni idea, probablemente menos del 50/50.»

«Vale. Ahora son dos tipos con entrenamiento.»

«Tengo muy pocas posibilidades.»

«¿Y si se trata de un tipo con un cuchillo?»

«¡Oh, mierda!»

La conversación continuó durante unos cuantos casos más. Captas la idea, ¿no?

A la semana siguiente ya estaba buscando una pistola…

Eso sí, se aplica en ambos sentidos. Los que piensan que basta con tener un arma sin un mínimo de habilidades físicas tampoco se preparan para vencer.

Ralph Mroz.

Antes podías descargar el libro al completo que escribió Ralph Mroz en este enlace a su blog The Street Standards [Los Estándares de la Calle], pero ya no está disponible.

Fuente: WERNER, Claude. I hated guns. The Tactical Professor. 5 de julio de 2019.


Parece evidente que no se trata únicamente de tener un arma. Ni siquiera de saber usarla y manejarla competentemente. También es necesario un mínimo de forma física y cierta competencia para usar y manejar los puños, las piernas, codos, rodillas, …, es decir, combate cuerpo a cuerpo. Pero, si no somos capaces de exigir unos mínimos de competencia en cuanto al arma de fuego, no te digo nada si hablamos de forma física y combate cuerpo a cuerpo. Existe un déficit evidente en cuanto a entrenamiento. La solución pasa por entrenar más y mejor, o, al menos, algo y bien.

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