¿Seguro que el examen era difícil o es que no habías estudiado lo suficiente? ¿Seguro que ha sido el estrés y no ha sido tu incompetencia?

Dicen que una buena forma de explicar las cosas son las analogías, así que antes de hacer amigos entre los que se puedan dar por aludidos, veamos si consigo explicarme medianamente bien.

Imagina que te juegas el puesto de trabajo de tu vida, haciendo algo que te apasiona y con un muy buen sueldo vitalicio con el que poder vivir más que holgadamente, tanto tú como tu familia ─mujer y cuatro hijos─. La asignación del puesto depende de un examen que solo tienes que aprobar con un 5 y eres el único candidato que se presenta al puesto. No solo tienes el puesto de trabajo de tu vida al alcance de la mano, sino que dependes íntegramente de ello para poder salir adelante, porque de lo contrario tú y tu familia os quedaréis en la calle, sin nada ni nadie a quien acudir, sin futuro ─digamos que se trata de un examen a vida o muerte─. Vamos, que tienes encima una gran presión ─llámalo estrés si quieres─ a la hora de realizar el examen. Tienes 100 días para preparar el examen.

Tienes una última cosa a tu favor: si el examen es «demasiado» difícil quedará invalidado y te asignarán el puesto automáticamente. Te dicen que basta con que estudies un par de horas diarias a la semana para superar el examen. Si aún así no lo superas, entonces se considerará demasiado difícil y te asignarán el puesto automáticamente. Lo que no te dicen es que para determinar si el examen es «demasiado» difícil, posteriormente realizarán ese mismo examen un total de 100 sujetos de prueba, seleccionados en virtud de unos test de personalidad e inteligencia para descartar aquellas personas que destaquen por arriba o por abajo ─muy o nada inteligentes─ y así garantizar que los sujetos de prueba tienen tus mismas características de personalidad e inteligencia. Los sujetos de prueba estudiarán un par de horas diarias a la semana para preparar el examen. A diferencia de ti los sujetos de prueba no se juegan nada e incluso les pagan por formar parte del experimento.

Ahora, la cuestión es ¿tú qué harías? ¿nada? ¿estudiar un par de horas diarias a la semana?  ¿una hora diaria a la semana? ¿cuatro horas diarias a la semana? ¿estudiar todo lo que pudieras más allá de las dos horas diarias a la semana?

Pues bien, llega el día del examen y no lo superas, así que invocas la eximente de «examen demasiado difícil». ¿Qué crees que va a pasar? Lo evidente es que acudan al experimento con los 100 sujetos de muestra para comprobar si efectivamente se acredita que el examen era demasiado difícil. Los resultados del experimento indican que el examen no era demasiado difícil, así que no se admite esa eximente. Sin embargo, tú acreditas que habías estudiado más de cuatro horas diarias a la semana, lo que es el doble de lo inicialmente exigido. Por ello, finalmente te aplican la eximente de examen demasiado difícil y te asignan automáticamente el puesto. Se dice que el estrés al que estabas sujeto tuvo algo que ver, por jugarte tanto en el examen, aunque también podría ser que no estudiaras adecuadamente. En cualquier caso, pusiste de tu parte según lo exigido dedicando más de dos horas diarias a la semana al estudio, así que parece justo aplicar la eximente de examen demasiado difícil.

 

Ahora bien, si no hubieras estudiado más que una hora diaria a la semana, ¿se te aplicaría la eximente de «examen demasiado difícil»? En este caso no puedes acreditar haber estudiado un mínimo de dos horas diarias a la semana, pero tú consideras que igualmente que en el caso anterior podría haber sido por cuestión del estrés y no por el  hecho de no haber estudiado lo suficiente, como determina el experimento. ¿A ti qué te parece? ¿puede ser el estrés o es que no has estudiado lo suficiente?

Lo cierto es que el experimento acredita que es necesario un mínimo de dos horas diarias a la semana para superar el examen y tú únicamente le dedicaste una, así que sabes de sobra que no habías estudiado lo suficiente, tanto si el examen lo hubieras realizado sin estrés alguno o con el estrés con el que lo realizaste, ¿no te parece? Así que no hay forma de aplicar la eximente de examen demasiado difícil, sencillamente porque no pusiste lo que se exigía por tu parte.

 

Esa es la analogía. Ahora solo tenemos que trasladarla al ámbito de un combate con armas de fuego o un enfrentamiento armado. El examen es ese combate o enfrentamiento. El tiempo de estudio es el tiempo de entrenamiento para alcanzar un mínimo de competencia. El estrés del examen en este caso es el estrés propio del combate, inherente al hecho de jugarte la vida. Superar el examen significa hacer uso del arma de fuego e impactar sobre la amenaza sin ocasionar daños a terceros. No superar el examen significa hacer uso del arma de fuego, fallar el blanco y ocasionar daños a terceros. La eximente de examen demasiado difícil en el caso de un combate puede ser la defensa, el estado de necesidad, u otra. ¿Crees que tiene sentido? ¿nos hemos explicado bien? ¿ves a lo que nos referimos?

No cabe la menor duda que el estrés propio de un combate con armas de fuego, en el que te juegas la vida, tiene una repercusión en el rendimiento y puede suponer una merma, pero dicha merma será respecto a tu nivel inicial, a tu competencia, la que logras con tu entrenamiento. No puedes pretender lograr un buen rendimiento durante un combate cuando no entrenas lo suficiente y se te puede considerar incompetente.

Dicho de otro modo, el estrés es una putada que siempre va a estar ahí, pero no nos digas que ha sido el estrés si cuando estás en el campo de tiro después de tomarte una tila, con todo de tu parte, no le das a un blanco a 3 metros.

Si suspendes un examen, no me digas que ha sido el estrés si no habías estudiado para el examen.

Si tienes un accidente de tráfico, no me digas que ha sido el estrés si ibas borracho conduciendo o si no sabes conducir.

Si tu paciente muere durante la operación, no me digas que ha sido el estrés si tú no aprobaste Medicina y no eres médico.

etc.

Dicho esto, resulta muy peligroso y temerario –incluso rastrero–, «vender» el método de rociar y rezar [rociar de plomo a la amenaza sin tratar siquiera de apuntar y rezar para darle a la amenaza y no a cualquier otro], en lugar de apuntar y colocar [apuntar a la amenaza y colocar los impactos sobre su centro de masas], solo porque el estrés no te va a permitir apuntar, cuando, en realidad, no se demuestra ni un mínimo de competencia con el arma de fuego. No pretendas darle al blanco el día de la verdad, cuando ya de por si no le das en el campo de tiro. Puede que conseguirlo esté al alcance de la mano y consista en entrenar.

El que demuestra un mínimo de competencia sin estrés, puede justificar su incompetencia en una situación de estrés. El que es un incompetente sin estrés, no tiene justificación y cabe esperar la misma incompetencia en una situación de estrés.

Para terminar, una reflexión:

¿tú permitirías a alguien que no sabe conducir llevar un autobús con 50 personas a bordo? ¿y a una persona que no demuestre ser lo suficientemente competente con un arma de fuego le permitirías llevar un arma de fuego? ¿y además le pagarías por ello lo mismo que a cualquier otro con una competencia demostrada?

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