Diferentes escenarios en los que podrías necesitar blindaje corporal. Por Thomas Bowman, traducido por Veronica Magnani.

El blindaje corporal es una de las grandes maravillas modernas. Ha salvado miles de vidas, sobre todo las de policías y militares, pero cada vez más también lo utilizan vigilantes de seguridad privada y ciudadanos particulares. Protege la vida de las personas o de que sufran heridas graves.

Con el creciente número de ataques terroristas en colegios y núcleos urbanos en general, el blindaje corporal está pasando a ser más una necesidad que un simple elemento del equipo, incluso para los ciudadanos. Muchas personas barajan la posibilidad de disponer de un arma de fuego, un espray de pimienta o un dispositivo de control electrónico TASER. Aplican el sentido común en estos días, pero suelen pasar por alto la importancia del equipo de protección personal. En el momento y lugar oportunos, el blindaje corporal puede salvarte la vida y protegerte frente a graves lesiones que te cambian la vida. Pero antes de adquirir un chaleco blindado tienes que entender cómo funciona y qué puede ofrecerte en términos de seguridad.

Existen muchos tipos y formas de blindaje corporal y necesitas entender correctamente lo que puede y no puede hacer en determinadas situaciones. Básicamente ningún blindaje corporal puede garantizar un 100% de protección frente a cualquier proyectil, de tal forma que los diferentes niveles de protección únicamente resultan adecuados frente al tipo de proyectiles para los que se han probado. Esto significa que tienes que analizar cuidadosamente las amenazas potenciales a las que puedes enfrentarte y elegir tu chaleco blindado en consecuencia.

En general, el blindaje corporal se clasifica como blando [soft armor] y duro [hard armor]. El blindaje blando resulta más ligero y fácil de ocultar bajo la ropa, lo cual lo hace especialmente adecuado para entornos urbanos. Ofrece protección frente a heridas de bala y/o puñaladas. El blindaje blando está diseñado para llevarse bajo la ropa o con una chaqueta encima y protege a una persona de las típicas amenazas a las que podría enfrentarse en la vida real. Existen determinadas situaciones que requieren el uso de equipo de protección personal, tales como:

 

Zonas urbanas con un alto índice de delincuencia

El blindaje corporal se está convirtiendo en una opción popular entre los ciudadanos que viven en barrios donde abundan los robos y agresiones. Para atender las necesidades de personas sin entrenamiento, que no quieren llamar la atención, es suficiente un chaleco blindado oculto con un nivel de protección IIA. Este chaleco ofrece protección frente a proyectiles que van desde los proyectiles blindados de punta redondeada (FMJ RN) calibre 9mm de 124gr a 332m/s hasta los proyectiles blindados (FMJ) calibre .40 S&W de 180gr a 312m/s, además de todas las amenazas frente a las que protege un nivel de protección I: desde proyectiles calibre .22 LR de 40gr a 320m/s hasta proyectiles blindados de punta redondeada (FMJ RN) calibre .380 ACP de 95gr a 312m/s. Ten en cuenta que el calibre .22 LR es el más utilizado en Estados Unidos. Además, es un chaleco ligero y se puede llevar puesto todo el día sin que resulte incómodo porque dé mucho calor.

Sabemos sobradamente que para sobrevivir es necesario planear y prepararse con antelación, por lo que tiene sentido saber cuándo y qué blindaje corporal representa la mejor opción. Visto lo fácil que resulta adquirir armas semiautomáticas en calibres más potentes, cada día son más los policías y ciudadanos que optan por mayores niveles de protección. Para la calle servirá un chaleco interior de blindaje blando de nivel IIIA. Este nivel de protección de blindaje blando representa la mejor opción para zonas de alto riesgo en las que haya de hacerse frente a amenazas menos comunes o habituales más contundentes. Ofrece protección frente a proyectiles semiblindados de punta hueca calibre .44 Magnum, proyectiles blindados calibre 9mm, proyectiles blindados calibre .40 S&W y proyectiles de punta blanda blindada calibre .357.

A la vista de las agresiones con cuchillos y otras armas cortantes y/o punzantes puede que te interese un blindaje corporal con protección combinada, que te protegería frente a este tipo de agresiones que de otro modo atravesarían el blindaje. Con el creciente número de ataques terroristas, delitos y agresiones indiscriminadas en núcleos urbanos, disponer de equipo de protección personal de calidad se convierte en una necesidad para poder estar a salvo. Tienes a tu disposición diferentes tipos, sistemas y niveles de protección entre los que elegir el que más te convenga.

 

Altos niveles de disturbios civiles, protestas y agresiones

Actualmente el entorno económico, político y social cambia rápidamente. Esto implica que los ciudadanos tienen que estar permanentemente preparados para lo peor. Una rápida respuesta y la preparación adecuada pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Y la adquisición de un chaleco blindado de calidad es una apuesta segura que merece la pena realizar.

En virtud del número de ataques terroristas en grandes ciudades europeas, normalmente es aconsejable evitar grandes concentraciones de personas: conciertos, eventos, celebraciones, ferias y manifestaciones. Las grandes concentraciones de personas pueden convertirse rápidamente en enfrentamientos violentos con la Policía. No obstante, si tuvieras que atravesar una zona urbana densamente poblada, siempre será mejor que dispongas de un chaleco de protección. Los chalecos blindados de nivel IIIA son lo suficientemente delgados y ligeros como para que puedas moverte rápidamente, al mismo tiempo que te protegen frente a los proyectiles de todas las armas que posiblemente pudieras encontrarte. Además, se les pueden incorporar placas de cerámica o acero para aumentar el nivel de protección si las cosas se ponen especialmente feas.

En conclusión, nadie sabe si en un momento dado se verá envuelto en una situación potencialmente peligrosa. Estar preparado forma parte de la estrategia para mantenerse sano y salvo. El blindaje corporal aumenta significativamente tus posibilidades de supervivencia, tanto en tu lugar de trabajo como en un entorno urbano, pero sobre todo tienes que aprender a confiar en tus habilidades.

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