La extinción de la doble acción: Glock Gen5, S&W MP9 M2.0, HK VP9, SIG P320, FN 509, Beretta APX, CZ P-10 C, etc.

Pistolas de aguja lanzada. Foto de https://www.usacarry.com/striker-fired-pistol-advantages-hammer-fired/

Basta echar un vistazo a las pistolas que se utilizan en unidades militares y de policía de todo el mundo, así como a las pistolas que salen de las fábricas, para darse cuenta que la doble acción está en peligro de extinción ─más que un peligro es una bendición─. Muy posiblemente más pronto que tarde la doble acción sea cosa del pasado, y es que realmente en el caso de pistolas semiautomáticas se demuestra innecesaria y genera más inconvenientes que ventajas. El presente y el futuro son las pistolas de aguja lanzada, llámense la omnipresente Glock ─digamos que técnicamente es de aguja pretensada─, la recientemente popular SIG P320, la S&W MP9 M2.0, la FN 509, la HK VP9, la Beretta APX, la CZ P-10 C, o cualquier otra pistola «moderna» ─de los últimos 10 años─.

El respaldo profesional a las pistolas de aguja lanzada ─especialmente Glock─ lo acreditan los miles de policías y militares de todo el mundo que las utilizan. Glock es la pistola de referencia en el ámbito policial en EE.UU. ─y eso que tienen diseños autóctonos como para no tener que recurrir a un diseño procedente de Austria─. No hace mucho el mismísimo FBI se sumó a la hegemonía de Glock, al declarar el diseño de esta marca digno vencedor del correspondiente concurso para encontrar la nueva pistola reglamentaria de todos sus agentes ─lo que supuso deshacerse de la dichosa doble acción─.

Por su parte, por ejemplo, las Fuerzas Armadas británicas optaron por la Glock 17 Gen4 en 2013 para reemplazar a su vetusta pistola reglamentaria Browning Hi-Power, sumándose así a otras Fuerzas Armadas que también utilizan Glock como pistola reglamentaria ─como las de Suecia, Noruega, Letonia─. Asimismo las mejores unidades de operaciones especiales utilizan Glock como su pistola elegida; es más, los comandos estadounidenses, cansados de esperar la llegada de una nueva pistola reglamentaria, llevan años utilizando Glock.

Otra pistola de aguja lanzada que acaba de saltar al estrellato por su éxito en ventas de una sola tacada es la SIG P320, que recientemente se ha declarado vencedora del concurso del Ejército de Tierra estadounidense para encontrar una nueva pistola reglamentaria. A esos miles de pistolas se suman los miles que va a comprar también la Infantería de Marina estadounidense. Y faltaría sumar la posible comprar del Ejército del Aire estadounidense. Con semejantes cifras posiblemente la SIG P320 se haya convertido en la pistola más utilizada en el ámbito militar ─una vez se hayan entregado todas las unidades ya vendidas─.

Pistolas de aguja lanzada

El éxito y popularidad de las pistolas de aguja lanzada no constituye ningún secreto, así como el declive de la doble acción ─que tiene todo su sentido en el caso de los revólveres, pero no en pistolas semiautomáticas─. La sencillez del mecanismo de aguja lanzada reduce el número de piezas y por ende el coste de fabricación a la par que aporta mayor fiabilidad ─al contrario que la doble acción, que aporta una mayor complejidad mecánica, mayor número de piezas, coste de fabricación y potenciales problemas─.

Cualquiera que haya disparado una pistola con mecanismo híbrido de doble acción y simple acción ─por mucha satisfacción que tenga la doble acción─ conoce la dificultad que ello entraña al tener que practicar con dos tensiones y recorridos del disparador que difieren en el doble o la mitad. Realmente solo el primer disparo ─y eso si es que el arma se porta en condición 2, y no condición 3─ se realiza en doble acción y los demás en simple acción, porque el mecanismo de disparo innato y natural de una pistola semiautomática es el de simple acción. La doble acción en una pistola semiautomática es algo forzado que requiere la intervención del usuario, porque toda pistola se queda en simple acción al montarla ─salvo algunas pistolas de solo doble acción (DAO)─.

La extinción de la doble acción creo que no solo se debe al éxito y popularidad de la aguja lanzada, sino también a la desaparición o al menos difuminación de los miedos que llevaron a considerar poco segura la simple acción o la aguja lanzada ─condición 1─ y más segura la doble acción ─condición 2─ al portar el arma con cartucho en recámara, cuando realmente la seguridad va más allá del hecho de llevar un cartucho en recámara y si el arma es de aguja lanzada, de simple o de doble acción.

En resumidas cuentas, la doble acción está en vías ─no en peligro─ de extinción, ¿no te parece?

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