Combate, la Verdad Terrestre: Riesgo, Maniobra y Guerra Posicional. Por Peter Nealen.

Infantes de Marina del 2º Batallón de Reconocimiento de noche cerca de Zaidon, Irak. Los infantes de hoy día tienen tanto de mulas de carga como de infantes.

Este artículo se remonta a hace ya más de 10 años. Nos lo encontramos en el blog Breach Bang Clear y nos resultó interesante, así que lo menos que podíamos hacer era ofrecerte su traducción al español. Puedes leer el artículo original en inglés aquí. Se trata de un breve artículo, en el que Peter Nealen plantea una vuelta al pasado, podríamos decir, cuestionando la ventaja que supone el blindaje, por su elevado peso, y se queja de la pérdida de las bases del combate ofensivo, fuego y movimiento, y fuego y maniobra, táctica al fin y al cabo.


Combate, la Verdad Terrestre: Riesgo, Maniobra y Guerra Posicional.

Por Mad Duo. 8 de febrero de 2013

Aquí tienes un gran artículo de nuestro amigo Pete. Esperamos sinceramente que haya tantas personas de acuerdo como en descuerdo. Una cosa se puede decir de Nealen, claramente removerá un poco la mierda (aunque para serte sincero, aporta un elocuente punto de vista a partir del tipo de quejas profanas que ya hemos escuchado antes y que a veces hemos hecho nosotros mismos). ¡Predica, Hermano Nealen!

Riesgo, Maniobra y Guerra Posicional

Por Peter Nealen.

«Disparar, Moverse, Comunicarse» [Shoot, Move, Communicate]. Ese ha sido el mantra del infante durante años. ¿Entonces cómo es que hacemos tan poco de lo segundo?

He estado en varios combates con armas de fuego en zona de operaciones. En cada uno de ellos mantuvimos nuestra posición y devolvimos el fuego a un enemigo que maniobraba libremente a nuestro alrededor. El primer día sobre el terreno en Helmand realmente estábamos recibiendo fuego desde tres direcciones y estuvimos clavados durante varias horas. De hecho, en un combate en campo abierto en Zaidon (Irak), nuestro comandante nos dijo que permaneciéramos fijos en lugar de intentar cerrarnos sobre el enemigo.

Al principio pensaba que podría tratarse de algo solo sintomático de las secciones en las que yo estuve, pero tras estudiar detenidamente muchas secuencias de vídeo disponibles en Internet, tomadas con cámaras en el casco, aparece un patrón. Se observa algo de maniobra para buscar una mejor cubierta o línea de tiro, pero realmente muy poca para fijar al enemigo, cerrarse sobre él y destruirlo.

Tengo varias teorías del por qué esto es así. Algunas están interconectadas. Todas se reducen al peso, a la aversión al riesgo y a una pérdida de las técnicas básicas de infantería debida a la complacencia, a demasiadas otras cosas en las que adiestrarse o a ambas cosas.

En cuanto al peso, actualmente cualquier infante lleva encima entre 40 y 50 kilos en equipo individual básico, munición, armamento, comunicaciones y logística. Ahora todo eso se considera indispensable y normalmente forma parte de los procedimientos operativos estándar (SOP) a lo largo y ancho del teatro de operaciones. Habrá quienes sostengan que si tienes algún problema para trabajar con todo ese peso, simplemente necesitas aumentar tu preparación física. Yo diría que tal actitud se recoge en un antiguo dicho que aprendí cuando llegué a Reconocimiento: «Es fácil ser duro. Es difícil ser inteligente» [It’s easy to be hard. It’s hard to be Smart].

Cuando, vayas donde vayas, tienes que cargar con la mitad de tu peso corporal, y el enemigo solo tiene que cargar consigo mismo, un shalwar kameez (prenda tradicional de Afganistán y Paquistán compuesta por camisola y pantalón, como de pijama) y un fusil, es él quien tiene la ventaja en maniobrabilidad, independientemente de lo fuerte que seas. Añádele a eso que conoce el terreno mucho mejor que tú, y estarás en clara desventaja.

Esto nos lleva a la Aversión al Riesgo. Una buena parte de ese peso corresponde al blindaje personal. A lo largo de los años se ha ido añadiendo cada vez más peso, hasta el punto de resultar casi imposible moverse con el chaleco táctico exterior [Outer Tactical Vest (OTV)] más nuevo del Cuerpo de Infantería de Marina, incluso sin placas. El blindaje salva vidas, no voy a discutir eso. Tengo un compañero que está vivo gracias a la placa ESAPI. Pero, ¿en qué momento llega a ser contraproducente?

Echa un vistazo a las fotos de los infantes de marina en la campaña de «saltos entre islas» [Island Hopping] durante la Segunda Guerra Mundial, y también a las de Corea y Vietnam. La mayoría de los infantes de marina de la Segunda Guerra Mundial llevan fusil, cinturón con munición, cantimplora, zapapico, y no mucho más. Según los estándares de hoy día, estarían poco equipados. Aún así, sacaron de su agujero a nuestro enemigo probablemente más fanático y preparado y lo derrotaron totalmente. Sí, sufrieron bajas, pero así es la naturaleza de la guerra. Dime cuándo nuestra estrategia, contraria al riesgo, de ninguna baja si se puede evitar,  nos ha permitido realmente ganar una guerra.

Infantes de marina de la 4ª División del Cuerpo de Infantería de Marina en la 2ª Guerra Mundial.

Por último, la complacencia, y la correspondiente pérdida de conocimientos y habilidades, que durante décadas forma una parte integral de lo que es ser un infante. Durante la mayor parte de la última década casi todos los combates tienen lugar en Irak. No seré yo el primero que te diga que los iraquíes tienen algunas ideas extrañas sobre la guerra. El inshallah (si es la voluntad de Dios) parece ser su principal principio operativo, lo cual hace que muchos de ellos sean descuidados. Su puntería suele ser muy pobre. Como consecuencia, descubrimos que no teníamos que hacer gran cosa para derrotarles. Pero eso se ha convertido ya en una cruda realidad para algunas unidades que pasaron de Irak a Afganistán, y descubrieron que los pashtuns están militarmente mucho más versados que los árabes.

Que, en un momento dado, tu enemigo no lo haga demasiado bien, no sirve de excusa para descuidarse, pero así ha sucedido. ¿Realmente dispones de más TTPs que simplemente «darte la vuelta y disparar todo lo que lleves sobre los tipos que te disparan»? ¿durante el adiestramiento cuánto tiempo le dedicas habitualmente a practicar técnicas de movimiento? ¿y cuántas veces te paras a estudiar de verdad la táctica y ponerla en práctica?

Muchos de estos problemas se reducen a una cuestión de liderazgo. Se trata de una cuestión que no creo que vaya a resolverse desde arriba hacia abajo. Señores suboficiales y cabos primeros, se trata de vosotros. Os corresponde a los jefes de pelotón y equipo de fuego aprovechar cualquier tiempo muerto que tengan vuestros chavales durante la jornada, para llevarlos al aparcamiento, al campo de fútbol, o al campo, fuera de la zona de la compañía, y practicar estas cosas. No necesitas nada sofisticado. Simplemente practica la táctica. Si tienes la oportunidad prueba con algún ejercicio que enfrente a un equipo contra otro, preferiblemente con munición marcadora tipo UTM. De esta forma descubrirás las debilidades tácticas bastante rápido.

Ninguno de estos problemas van a resolverse de la noche a la mañana. Algunos no podrán resolverse correctamente hasta que nos encontremos frente a una guerra de la que no podamos salir del paso como hemos hecho en Irak y Afganistán, una guerra que tengamos que ganar, sin importar el coste.

Porque si nos volvemos descuidados, el coste va a ser mucho mayor del que nunca quisiéramos que fuera.

Pete Nealen es un antiguo infante de marina de reconocimiento, veterano de guerra y autor del libro Task Force Desperate.

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