Historia del LED y la linterna montada en la pistola SureFire X300 Ultra: potente, compacta y resistente.

Comparativa de potencia de linternas SureFire. Foto de Recoil

Después de hablar sobre la historia de la linterna montada en el arma, y dejar claro que seguro que necesitas una en tu pistola, te contamos algo más de historia sobre LED y te hablamos ─más concretamente─ de la linterna SureFire X300 Ultra (nada barata, pero…), que no deja de evolucionar. El artículo original tiene ya casi 10 años, en los que han ido mejorando las prestaciones de las linternas y apareciendo nuevos modelos y versiones, e incluso marcas ahora consolidadas, como Modlite o Cloud Defensive. que le hacen sombra a la imbatible SureFire.

LA REVOLUCIÓN LED EN LAS LINTERNAS SUREFIRE

Poco a poco la línea de linternas SureFire fue aumentando su oferta y en 1988 se rompieron todos los moldes en cuanto a las hasta entonces enormes linternas de mano al lanzar al mercado su linterna modelo 6C. Se trataba de una linterna compacta (11,5cm) resistente al agua y a los golpes, con armazón de aluminio aeroespacial, de bombilla incandescente, alimentada por dos pilas de litio CR123A, que proporcionaba una potencia de salida de únicamente 60 lúmenes, algo ridículo en nuestros días pero que triplica la luz que ofrecían las típicas linternas de pila grande «D» de la época (mayormente MagLite en el ámbito policial). Pocos meses después apareció la mítica linterna 6P (65 lúmenes), que disponía de un interruptor de encendido tipo pulsador en el tapón.

1988. La mítica linterna de la línea SureFire modelo 6P (65 lúmenes) que cambió el mundo de la iluminación táctica.

Lo que en un principio no era más que la línea de linternas SureFire de la marca Laser Products se convirtió oficialmente en el año 2000 en la propia marca SureFire gracias al gran éxito cosechado por sus linternas. Desde entonces, ya como marca, SureFire ha ampliado su línea de productos con supresores, armas blancas y protección auditiva, con una clara intención de destacar sus productos por su calidad y eficacia.

No es que fuera el creador de la idea pero indiscutiblemente el visionario y genial ingeniero Dr. John Matthews, fundador de Laser Products y, por ende, de SureFire, tiene mucho, o todo, que ver para que ya en 1986 (o incluso antes) hubiera un producto comercial en forma de linterna montada en un arma y que este haya evolucionado tantísimo hasta nuestros días para llegar a convertirse en la potente, compacta y resistente X300 Ultra.

La evolución en cuanto a linternas montadas en un arma ha sido bestial desde sus orígenes, pero el mayor impulso se ha producido en los últimos 10 años en los que se ha pasado de poco más de 100 a 500 lúmenes (incluso más, hasta 1.000 lúmenes últimamente) manteniendo un reducido tamaño y poco peso además de aumentar la autonomía. Quizás en el caso de armas largas no resulte tan crítico el peso y volumen de una linterna montada en el arma pero con una pistola resulta fundamental y dificulta sobremanera las cosas. Los LED que hoy parecen un estándar han facilitado considerablemente la reducción de peso y volumen.

Hoy día a nadie le sorprende que, en lo que a linternas se refiere, el LED (Light Emitting Diode), o diodo emisor de luz, haya relegado a las bombillas incandescentes a un segundo plano gracias a sus ventajas. Como virtudes de los LEDs no sólo podemos encontrar su bajo consumo (en comparación con una bombilla incandescente) sino también su resistencia a los golpes, algo de vital importancia en el caso de una linterna montada en un arma que va a recibir una fuerte sacudida con cada disparo. La invención del primer LED como tal data de 1927 a manos del ruso Oleg Losev aunque en realidad no tuvo una aplicación práctica hasta décadas después.

Los primeros LEDs empezaron a aparecer a mediados de los años 50 pero emitían una luz no visible (infrarroja). Fue en 1962, hace ya más de 50 años, cuando el físico Nick Holonyak de la empresa General Electric fabricó el primer LED del mundo que emitía luz visible, en concreto roja, dando comienzo a una revolución que ha convertido lo que entonces se creía la «luz del futuro» en la «luz del presente». Los primeros LEDs no lograban producir más que una luz tenue inútil como medio de iluminación. No fue hasta este siglo cuando la tecnología permitió disponer de LEDs con una gran potencia de salida, llegando en los últimos años a desbancar a las «frágiles» bombillas incandescentes, que han caído en desuso, al menos en las linternas, aunque también las bombillas del hogar están dejando de lado la incandescencia para subirse al LED.

En lo que atañe a una linterna se ha ido buscando cada día más potencia de salida y ésta depende en gran medida de la propia fuente de luz utilizada, pero no sólo de eso. No existe una regla matemática al respecto pero por norma general a mayor tamaño de la linterna mayor potencia lumínica. Ello es debido no sólo a las mayores dimensiones de la cabeza o foco, lo que permite albergar una bombilla o LED de mayor tamaño con un deflector más grande, sino a la posibilidad de contar con una mayor fuente de alimentación. Una linterna más alargada permite albergar un mayor número de pilas, normalmente de litio tipo CR123A de 3 voltios. La típica disposición en serie de las pilas, es decir, una detrás de otra (como norma general), multiplica el voltaje de alimentación: 1 pila CR123A proporciona 3 voltios de salida, 2 pilas CR123A proporcionan 6 voltios de salida, 3 pilas CR123A proporcionan 9 voltios de salida, etc. Por el contrario, la disposición en paralelo, es decir, una al lado de la otra (como norma general), multiplica la capacidad: 1 pila CR123A proporciona 1500mAh, 2 pilas CR123A proporcionan 3000mAh, 3 pilas CR123A proporcionan 4500mAh, etc. Un mayor voltaje se traduce (normalmente) en más intensidad de luz (lúmenes) y una mayor capacidad se traduce en más autonomía de funcionamiento.

En el caso de las linternas montadas en pistola, como la X300 Ultra, que exigen mantener un tamaño compacto, no sería posible disponer las pilas una detrás de otra ya que se alargaría demasiado el armazón de la linterna por lo que se opta por disponer las dos pilas una al lado de la otra pero manteniendo su disposición en serie de forma que se proporcionen hasta 6 voltios de salida para alimentar el LED; de otra manera no se podrían sacar tantos lúmenes como los 500 de la X300 Ultra. Bueno, ahora ya, unos años después de este artículo, lo normal son 1.000 lúmenes o más con lo que antes se sacaban 500.

Por otra parte, el rendimiento de una linterna montada en un arma no solo va a depender de la fuente de luz utilizada y la alimentación eléctrica sino también del diseño del deflector que se alberga en su cabeza o foco, que determinará el haz de luz que emite dicha linterna. De nada sirve una potencia lumínica de muchos lúmenes si el deflector no consigue repartir adecuadamente ese chorro de luz en forma de un haz lo más amplio posible con un punto central más intenso. Así se permite dirigir la luz hacia un punto en concreto manteniendo una buena iluminación en la periferia de dicho punto de modo que se puedan localizar blancos en el entorno.

Una dificultad añadida considerable en el caso de las linternas montadas en un arma radica en su exposición a los efectos de un disparo, que supone someter a la linterna y todos sus componentes internos a fuertes sacudidas continuas. Cuando se utilizaban bombillas incandescentes era necesario aislar convenientemente la bombilla frente a estas sacudidas para evitar que ésta se viera afectada y llegara a romperse su filamento. En el caso de bombillas con una gran potencia de salida, que alcanzan más altas temperaturas, el riesgo de rotura era mayor.

Con la llegada de los LEDs fue posible reducir el tamaño de la cabeza o foco de las linternas montadas en un arma gracias a su mayor resistencia a las sacudidas que no requiere un gran aislamiento. Ello no quiere decir que el diseño y construcción de una linterna montada en un arma pueda descuidarse en el caso de utilizar LED, ya que todos sus componentes (pilas, contactos eléctricos, electrónica) deberán soportar esas sacudidas. Por este motivo no todas las linternas están homologadas para su uso en un arma y aunque prácticamente cualquier linterna de mano se puede acoplar mediante una montura adecuada a los raíles de un fusil podría no soportar la «presión».

Dado que las linternas específicas para montar en un arma y testadas para ello suelen subirse de precio respecto a sus hermanas de mano es habitual encontrar linternas originalmente de mano acopladas a los raíles de un fusil. No tiene por qué suceder nada, simplemente no son linternas diseñadas y fabricadas específicamente para su uso en un arma, aunque la gran calidad de algunas linternas de mano permite que funcionen sin problemas en un arma larga. Ahora bien, hay que estar muy seguro del buen funcionamiento de este tipo de soluciones antes de poner nuestra vida en sus manos. En el caso de SureFire sus modelos G2X, 6PX, P2X Fury, P3X Fury , …, han demostrado ser tan resistentes como para montarse en un fusil ─a pesar de no ser anunciadas como linternas para montar en un arma─ (la P3X Fury se abandonó y actualmente queda la Fury en dos versiones).

En el caso de una pistola no existe demasiado espacio como para poder acoplar una linterna de mano y hay que recurrir irremediablemente a una linterna específicamente para montar en un arma. Ese tipo de linternas constituye quizás el máximo exponente en cuanto a linternas montadas en un arma porque se les exige tanta potencia, o incluso más, como a una linterna montada en un fusil o a una linterna de mano pero manteniendo un formato tremendamente compacto que permita acoplar la linterna al armazón de una pistola, justo bajo la corredera y a continuación del guardamontes. Y por si esto fuera poco además estas linternas han de ser resistentes no sólo a las sacudidas de los disparos sino también a los golpes.

Sin lugar a dudas SureFire constituye a día de hoy una de las mejores marcas en linternas «tácticas», tanto linternas de mano como linternas para montar en un arma. Ello se debe a su continua investigación y desarrollo de nuevas linternas que llevan más allá los límites establecidos y convierten el catálogo de SureFire en todo un referente para otras marcas que quieran competir en el mercado. Sin embargo, al contrario de lo que podría pensarse, SureFire no fabrica las bombillas o LEDs de sus linternas sino que los adquiere de primeras marcas líderes en su sector.

SureFire solo diseña y fabrica las linternas, valiéndose para ello de las bombillas o LEDs disponibles en cada momento. Actualmente los LEDs utilizados por SureFire en sus linternas proceden principalmente de la marca Cree, aunque también se han utilizado los de Philips Luxeon. Cualquier marca puede utilizar esos mismos LEDs pero ello no implica que puedan obtener la misma intensidad de luz. Esto quiere decir que la evolución de las linternas ha venido marcada tanto por los avances en la tecnología de los LEDs como por la investigación y desarrollo a la hora de integrar esos LEDs en una linterna que saque el mayor provecho posible de los mismos, lo que en gran medida depende del diseño de la cabeza o foco de la linterna y de la circuitería (placa base) que gestiona la energía eléctrica que se proporciona al LED utilizado. No se trata de una tarea fácil, de lo contrario cualquier linterna china proporcionaría el mismo rendimiento que una linterna SureFire y no es el caso.

La tarea de la placa base donde se monta el LED radica en gestionar la energía eléctrica procedente de las pilas de modo que el LED reciba la corriente necesaria para generar la mayor intensidad durante el mayor tiempo posible. Para ello la placa base estabiliza la tensión que llega al LED de forma que cuando las pilas empiezan a agotarse se aumente la tensión y cuando las pilas están completas y la tensión pueda ser demasiada ésta se rebaje lo justo, así el LED siempre recibe la misma tensión. Asimismo, la placa base también regula la tensión que proporciona al LED en virtud de la temperatura detectada para evitar así que se pueda quemar el LED; si la temperatura sube demasiado se empieza a reducir la tensión, reduciendo así los lúmenes que emite el LED para poder reducir la temperatura, con lo que se produce una especie de montaña rusa por la que se sube la tensión cuando la temperatura baja y se baja la tensión cuando la temperatura sube.

En lo que respecta a la autonomía si ésta se define como el tiempo durante el que se emite algo de luz una linterna podría llegar a tener muchas horas de autonomía porque realmente hasta que las pilas no se agoten totalmente siempre habrá unos pocos lúmenes. En realidad, la autonomía se define como el tiempo durante el que la linterna es capaz de proporcionar una intensidad de luz que no descienda por debajo de un límite, ya que la intensidad de la luz descenderá a medida que se vayan consumiendo las pilas, lo que sucede desde el primer momento en que se enciende la linterna. En la hoja de especificaciones de una linterna se refleja hasta qué límite de intensidad luminosa desciende la linterna para la autonomía establecida.

EVOLUCIÓN DE LAS LINTERNAS SUREFIRE

A lo largo de los últimos 10 años se ha producido toda una revolución en cuanto a linternas «tácticas» con una importante reducción de tamaño y un destacado aumento de potencia. Los catálogos de SureFire dan buena muestra de ello y resulta interesante comprobar cómo año tras año han ido cambiando las cosas a pasos agigantados.

1996. SureFire Modelo 9N.

En 1996 SureFire ofrecía su modelo 9N como linterna de mano más potente (140 lúmenes durante 40 minutos, 20cm de largo, 365 gramos) y en linternas montadas en un arma la máxima potencia eran 105 lúmenes en el caso de arma larga y 60 lúmenes en el caso de arma corta. Por supuesto en aquella época todo eran bombillas incandescentes.

1997. Linternas SureFire montadas en un arma.

Ya en 2001 su catálogo incluía tres modelos diferentes de linternas para montar en pistola: el modelo Millenium, el más potente y grande del mercado, con cuerpo de aluminio aeroespacial anodizado, que debido a sus 9 voltios (3 pilas de litio CR123A) ofrecía una potencia de salida de 125 lúmenes (1 hora) o 225 lúmenes (20 minutos), en función de la bombilla incandescente de Xenon que se montara; el modelo Nitrolon, con cuerpo de polímero, más ligero y compacto debido a la disposición de sus dos pilas de litio CR123A una al lado de la otra, tal y como sucede actualmente en los modelos X300, con una potencia de salida de 65 lúmenes (1 hora) o 120 lúmenes (20 minutos); y el modelo Clásico, el mismo de 1996, con dos pilas de litio CR123A dispuestas una a continuación de la otra, de ahí su mayor longitud, con una potencia de salida de 65 lúmenes (1 hora) o 120 lúmenes (20 minutos).

En cuanto a linternas montadas en fusil lo más habitual por aquel entonces era una potencia de salida de 125 lúmenes (1 hora) o 225 lúmenes (20 minutos) en linternas con tres pilas de litio CR123A, aunque también existía un modelo con 250 lúmenes (1 hora) o 500 lúmenes (20 minutos), gracias a sus seis pilas de litio CR123A, y todavía podían verse modelos con sólo dos pilas de litio CR123A que ofrecían una potencia de salida limitada a 65 lúmenes (1 hora) o 120 lúmenes (20 minutos). Puesto que los raíles Picatinny ─o 1913─ todavía no eran un estándar la forma de montar una linterna en un fusil consistía en utilizar un guardamanos específico con la linterna integrada o bien acoplar la linterna al cañón con algún tipo de montura.

2001. De izq. a dcha. modelo Millenium, modelo Nitrolon y modelo Clásico.

En 2002 desapareció del catálogo de SureFire el modelo Clásico de linterna para montar en pistola, y a los dos modelos anteriores (Nitrolon y Millenium), que conservaban las mismas características, se añadió el modelo Military, fabricado a base de aluminio aeroespacial con un anodizado muy duradero, totalmente resistente al agua y con una potencia de salida de 65 lúmenes (1 hora) o 120 lúmenes (20 minutos), creado a petición de una unidad de Guerra Naval Especial. Aunque los LEDs existían desde hacía años, no fue hasta 2002 cuando SureFire incluyó en su catálogo una linterna de mano que utilizara como fuente de luz LEDs exclusivamente. Hasta entonces los LEDs proporcionaban sólo 1 o 2 lúmenes de potencia de salida, lo que los hacía poco útiles en una linterna salvo para leer un plano, pero la serie LumaMax de SureFire montaba un LED con una potencia de salida de 18-20 lúmenes durante 1,5 horas (cuando lo habitual en linternas con bombilla incandescente era no superar 1 hora de autonomía). Hoy día 20 lúmenes nos parecen ridículos en una linterna pero que por aquel entonces fue todo un hito y supuso el inicio de la hegemonía de los LEDs en el mundo de las linternas.

2001. De arriba a abajo: Serie Millenium Universal Tactical Light System M97 (125/225 lúmenes), M96 (125/225 lúmenes) y M95 (65/120 lúmenes). Abajo izq.: linterna serie Classic 900 (125/225 lúmenes). Abajo dch.: guardamanos Sig551 con linterna integrada Millenium serie B (225/500 lúmenes).

2003. Linterna SureFire L1 LumaMax.

La evolución giraba en torno a los LEDs y en 2003 SureFire introdujo la tecnología digital de regulación de tensión en su linterna L1 LumaMax. Esta tecnología utiliza un microprocesador para controlar la luz emitida por el LED de forma que los 15 lúmenes de la linterna L1 LumaMax, con una sola pila, sean 15 lúmenes de principio a fin durante 1,5 horas.

En 2004 SureFire multiplicó la potencia de salida de sus linternas de LED gracias al uso de LEDs Luxeon de 5 watios que aumentaban hasta 100 lúmenes la luz emitida, como en el caso de su modelo U2, aunque lo habitual en sus linternas eran 65 lúmenes durante 1,5 horas.

El uso de bombillas incandescentes obligaba a diseños más grandes que permitieran aislar correctamente la bombilla del retroceso por lo que las linternas para montar en una pistola habían resultado bastante abultadas hasta ahora. La llegada del LED permite eliminar la necesidad de tanto aislamiento frente al retroceso gracias a la gran resistencia frente a golpes y sacudidas del LED. La gran miniaturización de las linternas para montar en una pistola llegó en 2004 con la X200 que inició la exitosa serie X de linternas para montar en un arma y fue la primera del mercado en su clase. Esta miniaturización no sólo se debió al uso del LED sino al exquisito diseño de la cabeza deflectora para poder enfocar correctamente el chorro de luz emitido por el LED.

En la X200 se utilizó un LED de 3 watios que le daba una potencia de salida de 60 lúmenes durante 2,5 horas con dos pilas CR123A, todo ello con casi la mitad de peso y 2,5cm menos que los modelos Nitrolon y Military, que convivieron en catálogo durante unos años con el modelo X200. El modelo X200 estaba disponible en dos variantes: la X200A con 60 lúmenes durante 2,5 horas y la X200B con 100 lúmenes. Otra de sus características era la posibilidad de acoplarse prácticamente a cualquier raíl, especialmente el estándar Picattiny o 1913, algo que hoy día es lo habitual.

La evolución en las linternas de LED llevó a que en 2006 el estándar fueran 100 lúmenes de potencia de salida durante 2,5 horas con dos pilas CR123A, dejando atrás a las típicas linternas con bombilla incandescente de 65 lúmenes durante 1 hora. Se puede decir que por aquel entonces el LED ya había ganado la batalla en el campo de las linternas aunque las bombillas incandescentes continuaban en uso.

En 2007 se lanzó al mercado el modelo de linterna para montar en un arma X300, sucesor de la X200, que con un LED Cree ofrecía 110 lúmenes de potencia de salida durante 2,5 horas. En 2008 las linternas de mano de SureFire habían evolucionado tanto como para disponer en su modelo Invictus de una potencia de salida de hasta 400 lúmenes. El modelo X300 evolucionó en 2010 con un diseño mejorado que proporcionaba 170 lúmenes durante 2,5 horas.

En 2011 en el catálogo de SureFire se pudo ver un modelo denominado X300 Compact que con una sola pila y un peso y tamaño más ajustados todavía que la X300 original ofrecía 110 lúmenes durante 1,3 horas, pero nunca más se supo y no parece que haya llegado siquiera a ver la luz. Como muestra de la gran evolución de las linternas de mano de LED el catálogo de SureFire incluía una bestia que bajo el nombre UDR Dominator ofrecía una potencia de salida de nada más y nada menos que 2.000 lúmenes. No obstante, el nuevo estándar en cuanto a potencia de salida en las linternas de mano de LED con dos pilas CR123A lo fijaron en 200 lúmenes los nuevos modelos de SureFire que añadían una X a la denominación de modelos anteriores (G2X, 6PX, Z2X, G2ZX).

La evolución fue tan rápida que sólo un año después de fijar un estándar en linternas de LED con 200 lúmenes el estándar pasa a ser de 500 lúmenes en 2012 con el lanzamiento de nuevos modelos tales como la linterna P2X Fury, que gracias a un LED un poco más grande que el de modelos anteriores consigue mayor potencia de salida con las mismas dos pilas CR123A de siempre. Los 500 lúmenes no sólo se imponen en las linternas de mano sino que también el buque insignia en cuanto a linternas para montar en pistola, el modelo X300, alcanza dicha potencia de salida con su modelo X300 Ultra, convirtiéndose en una linterna ideal para montar tanto en pistola como en fusil. Además el modelo X300 mejora su diseño para llegar a los 250 lúmenes, aunque pronto desaparece del catálogo para dejar sitio a su hermana Ultra.

Y en 2013 la evolución no cesa y se superan los 500 lúmenes a los que se había llegado el año anterior. El modelo P2X Fury alcanza los 600 lúmenes, lo que es todo un hito para una linterna que sólo utiliza dos pilas CR123A. Y por si 600 fuera poco en el modelo P3X Fury se añade una pila más (3 pilas CR123A) para llegar a los 800 lúmenes. Al mismo tiempo los modelos 6PX, G2X, Z2X y G2ZX mejoran su rendimiento para llegar a los 320 lúmenes. El colofón en cuanto a potencia de salida lo pone la linterna de mano Annihilator que lanza un chorro de 4.000 lúmenes ¡menudo monstruo!

Eso es lo que ha sucedido en los últimos años pero seguro que continuarán llegando nuevas mejoras el año que viene. De momento, ya está disponible el modelo P3X Fury optimizado con una potencia de salida de 1.000 lúmenes durante 2,25 horas.

X300 ULTRA

La X300 Ultra constituye todo un bólido en cuanto a linternas para montar en un arma por su gran potencia en un diseño tan compacto. Con un peso de poco más de 100 gramos y una longitud de algo más de 9cm proporciona un chorro de luz que ofrece un intenso punto central con una amplia corona de luz a su alrededor. Sus dos pilas CR123A le conceden una autonomía de 1,5 horas hasta que la intensidad luminosa desciende por debajo de los 50 lúmenes. A potencia máxima de 500 lúmenes el alcance es asombroso llegando a iluminar blancos a 100 metros lo suficientemente bien como para poder identificarlos sin dificultad.

El gran salto entre los 500 lúmenes de la X300 Ultra y los 170 lúmenes de su predecesora la X300 se debe a un LED de alto rendimiento de mayor tamaño que junto con un exquisito diseño del deflector, que dispone de una lente con reflexión total interna [Total Internal Reflection (TIR)] propia de SureFire, arroja un haz luminoso óptimo. No obstante, el tamaño de la X300 Ultra no difiere sustancialmente respecto al de su predecesora la X300 por lo en el caso de montarse en la misma pistola normalmente pueden compartir funda pistolera.

Aunque en el pasado las linternas para montar en una pistola se quedaban atrás respecto a sus hermanas para montar en fusil en el caso de la X300 Ultra ésta puede montarse con excelentes resultados tanto en fusil como en pistola. En el caso de montarse en una pistola SureFire dispone de un interruptor de activación accesorio denominado «DG switch» que discurre bajo el guardamontes hasta el frontal de la empuñadura de forma que la linterna se activa empuñando normalmente el arma con sólo presionar ligeramente el interruptor con el dedo corazón al realizar el mismo empuñe de siempre [puede verse este accesorio acoplado al X300 Ultra en las fotos que acompañan este artículo]. Si se monta en un fusil existe un interruptor de activación a distancia denominado «XT07 weaponlight switch» que permite instalar la X300 Ultra en cualquier posición del guardamanos manteniendo el interruptor al alcance de la mano.

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El armazón de la X300 Ultra, al igual que el de su predecesora la X300, está construido a base de aluminio aeroespacial, lo que le confiere una gran robustez y ligereza aunque incrementa los costes de producción y, por tanto, el precio del producto final. No sólo el aluminio aeroespacial tiene un precio más elevado que el plástico sino que la fabricación en aluminio implica tener que mecanizar bloques de aluminio macizos uno a uno (proceso lento y costoso), no como con el plástico que permite fabricar los armazones en serie por inyección en moldes. Asimismo, el anodizado en negro que SureFire aplica al aluminio cumple con las especificaciones militares más exigentes y protege el aluminio frente a los agentes externos, lo que también implica un coste añadido respecto al Nitrolon. Su robusto armazón queda perfectamente sellado gracias a unas juntas de goma otorgándole a la X300 Ultra una gran resistencia frente al agua y la suciedad.

Todo esto tiene un precio. Normalmente «tienes lo que pagas» (calidad, resistencia, eficacia, fiabilidad, …), pero en el caso de SureFire, además obtienes una garantía ilimitada contra todo defecto de fábrica que supone la reparación o sustitución automática del producto sin hacer demasiadas preguntas. La X300 Ultra tiene un precio que aunque elevado se ajusta a las características del producto y con todo se queda a mitad de camino respecto al precio de un teléfono móvil de última generación, así que si puedes permitirte un móvil de 600€ por qué no una X300 Ultra de 300 €. Si bien es cierto que se pueden encontrar linternas chinas por un precio muy inferior mucho me temo que no será lo mismo que una linterna SureFire y cuando tu vida dependa de si tu linterna funciona en el momento que más la necesitas la inversión merece la pena. Hay que tener en cuenta que los productos de SureFire acreditan un uso extensivo en combate y gozan de la confianza de muchos profesionales gracias a su calidad y fiabilidad.

AVISO: Resulta muy poco recomendable utilizar pilas de litio CR123A de dudosa calidad (chinas) por el riesgo de incendio que supone, tal y como se ha constatado en varias ocasiones. Las pilas están sometidas a un continuo golpeteo, especialmente en el caso de una linterna montada en un arma, y si éstas no están debidamente construidas se pueden producir fisuras que provoquen una reacción química con el resultado de incendio.

CONCLUSIÓN

Todo profesional de las armas tiene que disponer de una linterna montada en todas y cada una de sus armas, además de una linterna de mano siempre «a mano». Mejor tenerla y NO necesitarla que NO tenerla y necesitarla en el peor momento. Hay que tener en cuenta que tener luz suficiente (difícilmente va a sobrar mucha luz) para detectar e identificar a una amenaza puede suponer la diferencia entre vencer o morir. Si no ves, no puedes combatir y, cuando no hay luz, ver se convierte en algo muy difícil.

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