¿Por qué TCCC? Por Juan I. Carrión.

Hola a todos:

Aprovechando el éxito que tuvo la 1ª edición del Campeonato Internacional de TCCC celebrado en Logroño en la tercera semana de septiembre de 2015, quiero aportar mi visión sobre la importancia que tiene este tipo de formación para todo personal perteneciente a Fuerzas Armadas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o que se dediquen a la Protección y Seguridad.

Antes de extenderme sobre el tema y tal y como hice con los artículos sobre el entrenamiento sobre armas de fuego, y sobre todo, para dar un poco de justificación a lo que voy a contar, tengo que decir que soy Instructor titulado en técnicas TCCC desde el año 2012, y durante algo más de un año me he encargado de la coordinación de los cursos TCCC en el Centro de Adiestramientos Especiales de la Guardia Civil. Aparte de esta titulación, soy instructor del LEFR-TCC (el mal llamado TCCC policial), de Soporte Vital Básico y uso de Desfibrilador Semiautomático, estoy titulado en TCCC, en LEFR-TCC, en Primeros Auxilios en lugares Remotos, y en rescate de vehículos accidentados. Han sido más de tres años de formación continua con gente muy preparada y que demandaba lo mejor de cada uno.

Mi inquietud por esta formación viene desde muy lejos (y de hecho no soy enfermero por falta de nota al acabar la selectividad… pero esa es otra historia). Ya estando en el Ejército, se nos enseñaban algunas cosas en lo referente a la atención en los heridos en combate (muchas de ellas, sintiéndolo mucho, inútiles o basadas en propuestas no del todo muy contrastadas). Se me instruyó que los torniquetes eran muy malos solo justificables ante una amputación, que a un herido de bala que no respiraba había que hacerle la RCP, a que una triste cinta de escasos 2 cm. con una hebilla era un torniquete eficaz, etc… Por suerte nunca me hizo falta aplicar esos conocimientos, aunque tal vez habría valido para darme cuenta de lo poco que me iban a funcionar.

Estando en el GAR, me encontré con Pedro, instructor de TCCC (de los primeros de España), una mala bestia que a base de poner dinero de su bolsillo consiguió la formación adecuada para las misiones que se desempeñan en la Unidad. Fue él (gracias por siempre) el que me metió «el veneno» en la sangre… donde encontré lo que buscaba y donde abrí los ojos a lo que necesitamos como miembros de los grupos que he mencionado anteriormente. Y empezó todo.

Y para los que no tengan muy claro qué es esto del TCCC, voy a dar una pequeña visión personal de lo que es.

La base de este sistema de asistencia sanitaria tiene dos pilares fundamentales:

• El entrenamiento de todos los componentes de una Unidad en una formación básica en asistencia a heridos en ambiente táctico (llámese TCCC, TacMed, o como se quiera llamar…) en donde se instruya a ese personal en el control temporal de las tres causas de muerte evitable en combate: las hemorragias exanguinantes compresibles extrahospitalariamente, los problemas en la vía aérea y el neumotórax (abierto y a tensión). Esa formación sanitaria debe estar acompañada de la comprensión de que una buena medicina en un momento tácticamente no apropiado conlleva futuras bajas… por lo tanto la interrelación constante entre táctica y actuación médica es primordial. El entrenamiento debe conseguir que esos operadores sean capaces de actuar con maestría en la evacuación del herido de la zona caliente, el control precoz de los sangrados exanguinantes en extremidades y en la unión de esas extremidades con el tronco (axilas, ingles y base del cuello), eso es lo más importante. Además deben saber manejar la vía aérea de un inconsciente y de un consciente con trauma facial y por último el control de las heridas penetrantes en tórax y la detección del neumotórax a tensión, del shock hemorrágico y la prevención precoz de la hipotermia. Parece mucho, pero más es perder a un compañero.

• El otro pilar es la figura del paramédico de combate… elemento indispensable para asegurar la cadena de supervivencia del herido una vez ha sido tratado por el compañero más cercano. Ese paramédico debe encargarse de niveles más avanzados de tratamiento como es el control del neumotórax a tensión por medio de la descompresión con aguja, la reanimación con fluidos para el tratamiento del shock hemorrágico, la administración de farmacología (antibióticos y analgésicos), inmovilización y/o tracción de fracturas de huesos largos, el tratamiento de los quemados graves, etc… El problema es que en España, esa figura no existe. Está a caballo entre un enfermero y un médico de urgencias, siendo además un elemento más del equipo táctico… algo muy difícil en este país. Hay que luchar contra muchos estamentos y cambiar la Ley de Profesiones Sanitarias para conseguir que se apruebe algo como eso en España.

• Se podría añadir otro pilar, el conocimiento por parte del personal puramente sanitario de las técnicas empleadas por los miembros de estas unidades en dichas situaciones tácticas, de modo que si ven aparecer a un miembro de una unidad de intervención con un torniquete (ex profeso o improvisado) en una pierna, no se lleven las manos a la cabeza diciendo cosas como «¿a ver quién ha sido el animal que pone un torniquete a un tío que no tiene una pierna amputada?»

Si se consiguiera que todo soldado, policía o personal de seguridad fuera experto en esas tan básicas cuestiones, la incidencia de bajas prevenibles en situaciones de combate disminuiría tremendamente. Esta premisa está demostrada con el 75º Regimiento Ranger, unidad que forma a TODOS sus componentes en TCCC a distintos niveles. Mientras que el índice de este tipo de muertes en combate en el Ejército americano está en un 24%, el 75º Regimiento Ranger ha logrado que su índice sea del 3%, más claro… agua.

En el ámbito civil (policial sobre todo) se han llegado a conclusiones muy esclarecedoras. Tras las terribles situaciones de tiradores activos como las ocurridas en Columbine, Virginia Tech, Sandy Hook, Fort Hood, … se ha llegado a la conclusión que la incidencia de muertes prevenibles y el tipo de lesiones que se presentan son muy similares a los que se dan en los campos de batalla y por lo tanto, el entrenamiento a las fuerzas de seguridad en el tratamiento de este tipo de heridos ayudará a su supervivencia (los elementos de los equipos sanitarios nunca entran antes de que la zona esté asegurada por las fuerzas de seguridad, que actuarán como primeros intervinientes una vez anulada la amenaza). Para más información recomiendo la lectura de Improving Survival from Active Shooter Events: The Hartford Consensus, y la de A Study of Active Shooter Incidents in the United States Between 2000 and 2013 September 16, 2013 Washington Navy Yard, Washington, D.C.

Muchos países ya se han dado cuenta de la necesidad de estos pilares. En España vamos por el camino, pero nos falta mucho para poder decir que ya estamos a la altura. Estamos infinitamente mejor que hace 5 años, cuando esto solo lo conocían cuatro «chalados» (benditos chalados, gracias por vuestro poco reconocido trabajo).

Mi recomendación personal, después de sentir lo que yo sentí y de ver la actitud y los comentarios de todos los que han recibido esta formación es: el tiempo que pasen sin conocerla es tiempo perdido. El conocimiento y las habilidades que se adquieren son de esas que uno prefiere «saber y no necesitar, y no lo contrario». Esta formación salva vidas, la de uno mismo y la de los que nos rodean, a quienes nos debemos.

Un saludo a todos, gracias por su tiempo.

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