¿Curso de Instructor de Tiro? ¿el instructor nace en un curso o se hace a base de formación y experiencia en la materia?

¿Curso de Instructor de Tiro?

¿Realmente se puede aprender todo lo necesario para adquirir esta consideración en un curso?

¿Un instructor nace o se hace?

¿Qué contenidos habría de incluir entonces un curso de este tipo?

¿Quién estaría capacitado para impartir tal curso?

¿Qué carga lectiva tendría este curso?

En esto de «lo táctico» existe una extraña tendencia a coleccionar cursos con el único propósito de engordar un currículum que habitualmente es considerado el reflejo de las capacidades y aptitudes de una persona, lo cual no es cierto. Disponer de una buena colección de cursos y títulos ─acreditados por certificados con logotipos y sellos de todos los colores─ NO implica disponer de buenas capacidades y aptitudes.

Llama la atención la proliferación de cursos de todo tipo, entre los que figuran algunos que atribuyen al que lo supera la capacidad y aptitud de «Instructor de Tiro», que además suele desglosarse en diferentes vertientes: tiro policial, tiro defensivo, tiro reactivo, tiro para personal de seguridad privada, etc…

¿Para instructor vale cualquiera? Visto lo visto, puede que sí.

Habría que definir primero en qué consiste exactamente un «instructor de tiro», cuáles son sus competencias y qué cualidades, capacidades y aptitudes habría de reunir. Difícilmente muchas de esas cualidades, capacidades y aptitudes se pueden adquirir simplemente superando un determinado curso de formación, lo que cuestiona que realmente tenga alguna utilidad la existencia de este tipo de cursos, salvo que se trate simplemente de un curso más para coleccionar.

Instructor de tiro sentando cátedra.

Evidentemente, para poder impartir enseñanzas sobre un determinado área de conocimiento es necesario disponer primero de los conocimientos pertinentes, los cuales suelen adquirirse a través de la propia formación académica en centros de enseñanza ─sean del tipo que sean, pero que sean decentes─. De este modo, para llegar a ser Profesor de Matemáticas habrá que estudiar primero una titulación válida al respecto. ¿Existe algún Curso de Profesor de Matemáticas como tal? Lo que sí existe es una titulación académica por la que se adquieren determinados conocimientos sobre las Matemáticas, tal y como puede ser la titulación de grado en Matemáticas (lo que antiguamente se conocía como licenciatura), así como cursos de aptitud pedagógica orientados a adquirir la capacidad de enseñar.

¿Quieres ser instructor de tiro de verdad o solo quieres parecerlo? ¿Buscas a un instructor de tiro que te enseñe o solo buscas a alguien que lo parezca?

Una vez adquiridos los conocimientos en un determinado área habría que disponer de las suficientes cualidades, capacidades y aptitudes pedagógicas para convertirse en profesor, las cuales se pueden aprender en parte con una formación específica, pero otras difícilmente pueden adquirirse y vendrán determinadas por la propia personalidad del individuo. A fecha de hoy, para poder convertirse en profesor, además de la titulación correspondiente, es necesario haber realizado un curso específico que antiguamente recibía el nombre de «Curso de Aptitud Pedagógica» o CAP para pasar a denominarse después «Título de Especialización Didáctica» o TED y que hoy día puede encontrarse como Máster Universitario en Formación del Profesorado, con una duración de uno o dos cursos académicos.

Instructor sentando cátedra.

El caso es que si realmente para ser instructor de tiro es necesario realizar algún tipo de curso de instructor de tiro, para poder impartir dicho curso de instructor de tiro habrá que haber realizado antes algún tipo de curso de instructor de instructores de tiro, ¿no? Iniciando así un proceso recurrente al más puro estilo pescadilla que se muerde la cola.

Resulta tremendamente osado pretender adquirir la cualificación como «instructor de tiro» realizando un determinado curso por el que se concede el título correspondiente, con diploma oficial baremable incluido. Tal y como se explicaba en los párrafos anteriores, la cualificación como «instructor de tiro» se deriva de disponer de conocimientos suficientes en el campo del tiro táctico, o del combate con armas de fuego, y de suficientes aptitudes, cualidades y capacidades pedagógicas. Lo que no está nada claro es cuánto es suficiente. En el caso de aquellas titulaciones establecidas por normativa legal, como puede ser el título de «instructor de tiro del personal de Seguridad Privada», la suficiencia queda determinada por la propia normativa. En el campo del tiro táctico o del combate con armas de fuego no existe un título oficial del sistema educativo general, ni creo que vaya a haberlo, ni es necesario que haya de haberlo, porque en realidad no se trata de la existencia o no de un mero título, sino de una combinación de experiencia y maestría difícilmente cuantificable. A nivel federaciones deportivas sí que existen cursos y títulos de monitor o de entrenador, también en el ámbito del tiro deportivo.

Más cátedra por parte de un instructor.

No tiene mucho sentido que exista un curso de formación específico para convertirse en Instructor de Tiro, si con ello pretendemos que una persona se convierta en un entendido en la materia, tanto a nivel teórico, como práctico y de rendimiento. No son cosas que puedan alcanzarse en un curso de unos días, o unas semanas. Quizás la clave radique en seleccionar a los más idóneos para desempeñar el cometido de Instructor de Tiro en las diferentes Fuerzas, Unidades y Cuerpos, valorándose en todo caso el auténtico mérito y capacidad del individuo, que no va a ser fácil. Lo mínimo que se puede pedir es que sea un tirador decente.

La clave para alcanzar la preparación suficiente para llegar a convertirse en un auténtico «Instructor de Tiro» radica en la formación del propio individuo como profesional. Dicha formación incluye tanto la realización, que no colección, de diferentes cursos «decentes», como el estudio autónomo y el desarrollo de su labor profesional. El principal problema en lo que a formación se refiere es la inexistencia práctica de un ente que coordine y regule de algún modo dicha formación, evitando ese afán de protagonismo, de permanente innovación injustificada, de ausencia de unidad de esfuerzos, de instructores autoproclamados, de vendehúmos incansables. Se trata de disponer de una verdadera comunidad profesional en lo que al tiro táctico o al combate con armas de fuego se refiere, que se preocupe por elaborar, desarrollar, coordinar y evaluar estándares de una forma totalmente abierta, flexible y libre buscando siempre la eficacia y eficiencia. Quizás se podría decir que es necesario contar con un colegio profesional del combate con armas de fuego (o como se quiera llamar).

Como explicaba este autor anónimo, «se requiere trabajo duro, dedicación y estudio».

En fin, son muchas las preguntas a responder y existe un eterno e interesante debate sobre este asunto. Lo que no ayuda en nada a esa figura de Instructor de Tiro, es que te encuentres a tantos personajes, tanto con curso de instructor de tiro como autoproclamados por sí mismos, que ni son tiradores decentes ni cuentan con unos mínimos de formación y experiencia en la materia. Todo empieza por contar con buenas referencias y referentes y escapar de los vendehúmos.

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